De obrero al servicio de un hospital, a jubilado y poeta • Trabajadores

Antes de la pandemia, José Ramón Rodríguez Espinosa era trabajador de la unidad de la empresa de gastronomía de La Habana del Este creada para prestar servicios al colectivo laboral del Hospital Doctor Luis Díaz Soto, conocido como Hospital Naval, y a los pacientes de esa instalación, así como a sus acompañantes y a la población en general. La compleja situación sanitaria, en razón de su edad, aceleró para él una jubilación en la que no había pensado.

La foto es de antes de la pandemia, de cuando el poeta era trabajador activo en su unidad gastronómica ubicada frente al Hospital Naval.

Pero siempre escribió versos, vocación que le viene de su infancia campesina en Venegas, Sancti Spíritus, donde nació en 1948. De ahí que se vinculara, en los últimos diez años, al trabajo cultural del municipio de La Habana del Este, a su taller literario, a la entonces peña sede del Grupo Ala Décima y a su “piquete” de poetas amigos, del cual se ha convertido en uno de los más activos en las acciones literarias que se realizan, mediante las redes sociales, en estos tiempos de la COVID-19. Gracias a su fraternal colaboración, este poema acabado de escribir, dedicado a expresar los sentimientos de los trabajadores cubanos en este Primero de Mayo.

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VIRIL PROLETARIADO

Penacho de la palmera,
alcoba del tocororo,
el escudo es un tesoro
paraguayo.

Mi bandera,
mariposa en primavera,
flor del himno nacional,
hoy es fiesta universal
y numerosas razones
cuelgan en nuestros balcones
para un desfile virtual.

Soñaremos con la plaza,
con la imagen de Martí,
con el legado mambí
desde el portal de la casa.

Al águila que amenaza
con odio de su diablura
le recordamos la oscura
mezquindad de su tratado,
y el viril proletariado
que implantó su dictadura.

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