El ciudadano estadounidense o sencillamente el extranjero que reside en esa nación vive con miedo, desde que se levanta hasta que finalmente pasa los varios pestillos y seguros de su puerta que, por lo menos, le dará tranquilidad y cierta seguridad.
Y tienen razón. Hay miedos que todos tenemos, como no caer enfermos con la pandemia que azota al mundo. Pero en Estados Unidos el miedo va mucho más allá y desde hace mucho tiempo.
Uno de los principales es perder el trabajo y no poder pagar la renta. No enfermar, o morir a manos de un demente que dispara a todo objetivo que se mueva.
El nuevo año no solo es la continuación de una terrible pandemia, sino también, el incremento de hechos de sangre provocados por dementes, criminales e, incluso, la propia policía.
Masacres casi a diario
La cadena CNN reportaba este fin de semana que uno de los últimos tiroteos masivos, el del jueves 15 de abril con ocho víctimas fatales en el aeropuerto de Indianápolis, fue el número 45 desde el 16 de marzo último, es decir, casi asciende a una masacre diaria.
Aclara la publicación que se califica como tiroteo masivo cuando cuatro o más personas reciben disparos son heridas o mueren, sin contar al atacante.
Solo en el presente años se registran más de cuatro mil 500 muertos por armas de fuego, más de ocho mil heridos y al menos 147 tiroteos masivos, según Violence Archive, un grupo preocupado por estos hechos.
La institución precisa que más de diecinueve mil personas murieron en homicidios cometidos con armas de fuego el pasado año, lo que el actual Presidente calificó de una “epidemia y vergüenza internacional”.
Corre, escóndete, pelea, según el FBI
La CNN ya citada retoma el tema el domingo 18 de abril donde sugiere qué hacer en tiempos de “frecuentes tiroteos”.
“Es un escenario de pesadilla; estás en un centro comercial y de repente escuchas disparos. Se debe hacer caso a una recomendación del FBI ante una situación como esa. Corre. Escóndete. Pelea, aunque para los menores en edad escolar se les enseña una lección diferente”.
Los más vulnerables ante estos tiroteos e incluso por la brutalidad policíaca son negros, latinos y asiáticos según las estadísticas.
Y el miedo no es solo de los civiles, incluso militares han reconocido tal sentimiento al ser requerido por los policías.
Teniente, afrodescendiente y latino
La prensa mundial ha reflejado los casos más sonados de brutalidad por parte de la policía. Solo comentaré uno acaecido el pasado año pero que salió a la luz pública en abril. La víctima es, nada menos, que un oficial del Ejército de esa nación.
Se trata del teniente Caron Nazario, afrodescendiente. Sucedió en Virginia. Conducía su auto nuevo, cuando fue requerido por una patrulla de la policía que lo conminó a parar.
Reaccionó ante el peligro como un militar entrenado. El lugar era oscuro y sin testigos, por lo que tomó la decisión de parar, sí, pero unos metros más adelante, en una gasolinera, iluminada totalmente y con testigos de lo que iba a ocurrir.
Al detener la marcha uno de los policías primero le hizo señas para que bajara la ventanilla, luego le apuntó con su arma y lo conminó a que saliera del vehículo. Por miedo no salió y el policía lo roció con gas pimienta. Al salir fue derribado y en el suelo le pusieron las esposas, como si fuera un criminal.
La víctima declaró que estaba asustado ante la brutalidad con que le trataban y uno de los policías le respondió que debería estarlo y si se quejaba sería acusado de obstrucción y asalto a un oficial de la ley, lo que podría destruir su carrera militar.
Las palabras no son capaces de describir la violencia con que fue tratado el militar. Sin embargo, para muchos de sus compatriotas puede alegrarse ya que solo fue maltrato y escapó de ser una nueva víctima mortal de la violencia con que fueron violados sus más elementales derechos humanos.
Y en el texto citado al inicio, de la CNN, el autor se pregunta; “impresionante, ¿verdad? Triste, ¿verdad? Escandaloso, ¿verdad?” Y pudiéramos añadir un sinnúmero de calificativos que permitan dar la medida de lo que constituye una de las tantas razones para vivir con miedo.
Me permito una licencia para agregar un nuevo dato. Luego de pensar que había llegado al final las noticias procedentes de Estados Unidos este fin de semana reportaban tres nuevos tiroteos masivos el sábado 18 con nuevas víctimas.
Pero el domingo 19, en Chicag1o, la niña afroestadounidense Jaslyn Adams muríó a causa de varios disparos cuando se encontraba con su padre en espera de ser atendidos en un restaurante. El padre se encuentra grave. No se ha detenido a ningún sospechoso, precisa otro despacho de la CNN.
Su tía, conmovida por la desgracia dijo a los periodistas “nuestros hijos quieren jugar. Mis hijos ni siquiera pueden salir a la puerta por culpa de la violencia, Por favor, bajen las armas”.
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