En el trabajo cultural comunitario cubano es conocida la envergadura con que se presenta el complejo artístico-literario de la décima, entendiendo como tal el entramado que tiene como columna vertebral la llamada estrofa nacional —en sus dos vertientes, la oral improvisada y la escrita— y sus vasos comunicantes con otras disciplinas de la propia literatura, la música, la danza, el teatro y las artes plásticas, fenómeno que se expresa en la existencia de numerosas agrupaciones y sus vías de manifestarse, como los eventos, los concursos, las tertulias y otras modalidades de encuentro sistemático, que ahora con la pandemia han hallado en las redes sociales un modo eficaz de mantenerse activas.
En la ciudad de Santa Clara, de riquísima vida cultural, surgió en septiembre del 2007 la tertulia mensual La décima es un árbol, fundada y conducida desde entonces, ininterrumpidamente, por la destacada poetisa e investigadora Mariana Enriqueta Pérez Pérez, representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara. Su sede ha sido siempre el Museo de Artes Decorativas de esa acogedora urbe del centro del país.
Y es precisamente en el inteligente aprovechamiento de las potencialidades culturales que le brinda la institución que la acoge, donde radica la fascinante singularidad de esta tertulia, que se ha convertido, hasta donde sabemos, en la única acción cultural en todo el mundo en la que se le escribe y se le canta a la pieza del mes de un museo, lo cual es precedido por la ganancia añadida de una disertación, a cargo de especialistas de la institución anfitriona, en torno a la referida obra museable.
Consciente de la necesidad de dejar documentados tales empeños, su conductora ideó los catálogos rimados, donde se recogen las estrofas creadas por los contertulios en cada encuentro, y una vez al año se someten a la consideración de un jurado literario para determinar las de mayor validez poética en el lapso indicado.
Como se ve, La décima es un árbol es, más allá de “un espacio de referencia de suma importancia para el conglomerado decimístico en la ciudad de Santa Clara, en su provincia y en todo el país” —como la calificó el Grupo Ala Décima en el 2017 al expresar sus felicitaciones por el décimo aniversario del espacio—, un suceso cultural de ribetes sumamente originales y atendibles en toda su extensión, ahora visible, dada la situación sanitaria imperante, mediante el perfil de Facebook de La décima es un árbol. De allí extraemos, a modo de ejemplo, una de sus más recientes experiencias, la del Catálogo rimado número 150.
La pieza del mes
Ese número del Catálogo rimado recoge los textos creados a partir de la obra expuesta en el mes correspondiente, que resultó ser la pintura identificada como El piropo (acuarela sobre cartulina), de la autoría de Cecilio Pla Gallardo, de España (fines del siglo XIX – principios del XX). El Máster en Ciencias Jesús Llorens León, especialista del Museo de Artes Decorativas, la presentó con las siguientes palabras:
“Este mes hemos traído una pintura (en este caso, de una escena) de la que no sabemos el título original. Cuando entró al Museo fue nombrado «El Piropo», aunque algunos especialistas la llaman «El viejo verde», porque él está hablando con la muchacha y parece decirle: «aquí tengo la billetera». No obstante, cuando estuvimos investigando, vimos (con lupa) en la parte inferior, unas letras muy pequeñas que parecen decir «Humoradas».
“El autor nació en Valencia en noviembre de 1860 y murió en Madrid en agosto de 1934. Gran parte de su obra se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, de Valencia. En su niñez estudió música en la Escuela de Artesanos de Valencia, por los deseos de su padre, que era director de banda y encargado de las partituras del Teatro Principal. Continuó estudios en el Instituto San Pablo y la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia.
“Tras conseguir una medalla de plata en la exposición de 1879, y otros premios, se trasladó a Madrid e ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue discípulo de Emilio Sala.
“A los veinte años continuó su formación viajando por Europa (esto se usaba mucho en esa época, estudiar viajando y viendo museos). En 1880 se establece en Roma y, de allí, viaja por Italia, Francia y Portugal. Luego comienza a enviar obras a exposiciones, la mayoría son escenas de género costumbrista (como esta) en las que se observa la influencia de Mariano Fortuny, otro famoso pintor español de la época. Participa en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, con las que consigue numerosos galardones a lo largo de esos años (1884, 1887, 1892, 1901, 1905, etc.). También se le otorgó medalla de honor en la exposición de Valencia (1889) y en la Exposición Universal de París (1900).
“A veces su obra se considera decorativa, goza de un dibujo cercano a la sensibilidad modernista (o Art Noveau) y alterna con otros ejemplos de pincelada impresionista, como también puede verse aquí, en una mezcla de ambos estilos.
“En 1910 inició su carrera docente como profesor en la Real Academia de Bellas Artes San Fernando, de Madrid, en sustitución de quien fuera su profesor, Emilio Sala, en la Cátedra de Estética de Color y Procedimientos Pictóricos. Permaneció en ella hasta su jubilación en 1931, y tuvo varios discípulos que luego fueron famosos, como Juan Gris y José María López Mezquita. Su labor se completa con la publicación del ensayo Cartilla del arte pictórico. En 1924 fue nombrado Académico y ejerció notable influencia en los círculos artísticos de la época.
“También se destacó como decorador de interiores, hizo murales para el Casino de Madrid, para el Círculo de Bellas Artes y el Palacio de Medinaceli. Otra faceta fue la de ilustrador gráfico en varias revistas de la época, entre ellas Blanco y negro, muy famosa (189_ – 1902).
“La obra de Cecilio Pla Gallardo se caracteriza por una gran diversidad, tanto de temas como en ámbitos de expresión. Utilizó todo tipo de soporte (papel, cartulina, cartón y lienzo), así como diferentes técnicas (óleo, carboncillo, acuarela, lápiz). Una gran variedad de temas: retratos (sobre todo femeninos e infantiles), escenas costumbristas, paisajes urbanos y rurales, interiores con luz natural y artificial, escenas de playa, y otros.
“Se vio muy influido por la luz mediterránea de su Valencia natal, y también por la cotidianidad, el ambiente, la gente y la nueva burguesía de principios de siglo en España.
“Todo en sus obras se ve envuelto por el detalle, que se pierde cuando se traslada a grandes dimensiones, dentro de una atmósfera donde el silencio es envolvente. Va desdibujando el detalle, a la manera de los impresionistas, de los cuales había tenido influencias”.
Premio Catálago Rimado 150
En el perfil de Facebook de La décima es un árbol publicó Mariana Enriqueta Pérez Pérez los resultados correspondientes a la competencia entre los creadores que escribieron o improvisaron décimas sobre «El piropo»:
Después de comunicarnos y ponernos de acuerdo, el jurado para este número, formado por Miriam Peña Leyva (de Velasco, Holguín), Alexander Besú Guevara ( CIDVI) y Mariana Enriqueta Pérez Pérez, ha decidido premiar las décimas tituladas «Destiempo de la esperanza», de Yudith Ruiz Angerí, por la alta calidad demostrada en contenido y forma, y por el acercamiento preciso al cuadro.
Se conceden tres Menciones, con derecho al concurso anual, a:
1.»Parábola de la guitarra», de Fernando González Castro.
2.»Danza de amor», de Lázara Nancy Díaz García.
3.»Para un anciano dejar…», de Ludys Espinosa Harding.
Los diplomas serán enviados próximamente. El «Vino de Ellas» para la premiada se lo entregaré tan pronto sea posible, está asegurado.
¡Muchas felicidades!
La autora premiada
Gracias a la colaboración de Mariana, tenemos esta semblanza de la poetisa Yudith Ruiz Angerí, conquistadora del lauro principal en este Catálogo rimado 150:
“Guajira de las lomas, de poetas y cantantes de música campesina, la familia Angerí, aunque en los Ruices también tenía dos tías artistas (ninguno se formó como profesional de arte). Su crianza y formación ha sido en Santa Clara. Escribe desde que tiene uso de razón, según dice, de niña inventaba rimas en cuartetas, casi siempre asonante y consonante, escribía versos libres también, la medida del octosílabo en su oído siempre le ha salido, lo asocia a sus raíces, igual que los versos endecasílabos, sin conocer nada de medir versos, a veces de verlo en los libros de poesía, lo tomaba para ella y sabía que estaban bien. Ya en la secundaria, en Literatura fue descubriendo algunas formas de escribir de varios autores: sonetos, décimas, romances, etc, autores como Sor Juana Inés de la Cruz, Dulce María Loynaz, Gertrudis Gómez de Avellaneda, el Indio Naborí, fueron de su interés. Creció viendo Palmas y Cañas en la TV, disfrutó todos sus años de la controversia, del repentismo cubano. Desde niña lee mucho, es su hobby. Ya con 12 años tenía una biblioteca de géneros literarios: aventuras, ficción, novela, policíacos, poesía y otros géneros.
“Trabajó en una escuela rural desde muy joven, impartiendo clases como maestra de computación, tiene gran afición por los niños, para ella es el trabajo mejor recompensado que ha tenido. Partiendo de un trabajo comunitario, unida a las familias, hacia ellos dirigió un trabajo cultural desde círculos de interés, concursos y diferentes eventos, donde obtuvieron, tanto ella como los estudiantes, varios reconocimientos, diplomas y obsequios a niveles municipal, provincial y nacional, siendo tutora en poesía, dibujo y canciones. En esa etapa contribuyó en concursos literarios para niños, haciendo de tribunal. Actualmente es graduada de Nivel Superior en la especialidad de Informática.
“Lo que más disfruta es la décima, pero se siente muy identificada con el soneto y el romance, aunque también desarrolla el verso libre. Tiene escritos algunos poemas para los niños, los cuales aún no ha dado a conocer. Guarda aún un sueño que piensa no postergar mucho, dedicar cuentos a los niños.
“Desde muy joven ha participado en Talleres Literarios y Tertulias donde la poesía no falta. Actualmente forma parte del grupo de escritores de “La décima es un árbol”, en su Catálogo Rimado, donde ha obtenido varios reconocimientos y ha participado en el taller de Mildre Hernández, con poesía para niños. Ha sido precursora en varios eventos literarios en Villa Clara y otras provincias. Fue invitada al cierre de la Feria del libro en Artemisa en el año 2017, donde pudo hacer exposición de sus obras. Es colaboradora de la Revista Literaria “Guatiní”, y de la Revista Cultural “Calle B”. También posee obras publicadas en el sitio “Soy Cuba”, en la Revista Humorística “Melaíto” y en la Revista Cultural “La Jiribilla”.
EL POEMA DEDICADO A “EL PIROPO” QUE MERECIÓ EL PREMIO
DESTIEMPO DE LA ESPERANZA
ÉL
Doncella de tez rosada,
otro siglo en el presente
para lisonjear la fuente
de tu boca enamorada.
Esclavo de voz alada
como el autor que pincela
su trazo en esta acuarela,
voy coloreando en tu oído
un verso que distraído
habita en la duermevela.
Nos unieron los pespuntes
de un enigmático ayer.
Si aún pretendo, mujer,
mírame ya, no preguntes
el porqué de estos apuntes
en un lienzo de alhelí.
Háblame, dime que sí,
ya no existe otra manera
para acurrucar la espera
que hay en mi pecho por ti.
ELLA
No pretendo ser candor
de tus horas redomadas,
aunque, galán de miradas,
quieras conquistar mi amor.
Resumes a un picaflor
en este sutil cortejo,
yo soy dueña de mi espejo
y tú, de un febril piropo
que en mis ganas yo no arropo,
ya tu tiempo se hizo viejo.
Yudith Ruiz Angerí (Villa Clara, 1973)
Una oportunidad y un espacio para cultivar la décima. Maravilloso y mágico lugar, donde la musa se posa para dar vida al Museo y sus piezas. Cultura y desarrollo en Santa Clara, y para el mundo. Llegue ud y visítelo, allí puede expandir su conocimiento y abrir su corazón. Mis saludos desde el centro de Cuba.
Valioso aporte a la cultura, el catalogo rimado.Gracias Mariana Enriqueta Pérez Pérez, por tu incansable labor literaria. Muchas felicidades y éxitos
Muy bonitas las décimas. Muchas felicidades.