Al parecer no hay quien le ponga el cascabel a la COVID-19, y sigue como perro por su casa en todas las provincias, ya hasta en Holguín y la Isla de la Juventud, las de más baja tasa de incidencia, se reportaron casos en el día de ayer.
Mil 4 personas dieron positivas al PCR, cuatro fallecieron, 69 permanecen en las terapias intensivas, y solo las altas, que superan en número de tres a los contagiados, da la nota favorable de una jornada típica de este abril: no hay control, y la transmisibilidad y agravamiento de la salud de quienes enferman se hacen cotidianos.
Sin embargo, no hay conformismo. Se trabaja en varios frentes: aumentos de los laboratorios de ingeniería molecular, pruebas de candidatos vacunales, pesquisas, tratamientos, pero lo esencial, que es la responsabilidad individual sigue estando floja. La percepción del riesgo y el peligro no han calado después de un año de tragedias.
La Habana, Matanzas, Sancti Spíritus y Granma no encuentran cinturón para apretar a la COVID-19, donde se han desbocado las cifras de contagios y urge una respuesta, una curva de bajada, para lograr ver una luz al final del túnel.
Los menores de 18 años!, esa preocupación mía y de muchos, porque es espeluznante que la cifra de enfermos cada día no ceda; otro tanto sucede con los de 60 y más años, a quienes se debe cuidar con esmero y dedicarles todo el tiempo posible a su cuidado.
La COVID-19 se pone más fea en 12 municipios cubanos, que captan más del 40 % de los casos positivos, muchos de ellos coinciden día tras día y otros hacen la diferencia: Habana Vieja, Cabaiguán, Regla, Centro Habana, Arroyo Naranjo, Cerro, Bayamo, San Miguel del Padrón, Marianao, 10 de Octubre, Perico y La Lisa; nueve son de La Habana, uno de Sancti Spíritus y dos de Granma.
El doctor Durán confirma que se mantiene la alta transmisibilidad y contagiosidad de la COVID-19 y que hasta el momento la única protección son las medidas dictadas por Salud Pública. Seguimos en esta convivencia con una pandemia que sacude al mundo y no deja quieta a Cuba.