Vilma Espín Guillois, quien cumpliría 91 años este 7 de abril, tenía una trayectoria de combate impresionante cuando muy joven todavía aceptó en 1960 las riendas de la naciente Federación de Mujeres Cubanas (FMC), de manos de Fidel.
Y así trabajó con el denuedo y la abnegación tan suyas para contribuir a realizar la revolución dentro de la Revolución que representaban sus congéneres en aquellos tiempos nuevos.
Aunque falleció a consecuencias de una dolencia el 18 de junio de 2007, la heroína de la ciudad y la montaña en la lucha libertaria, sigue siendo Presidenta de Honor de la organización que nació de su obrar como una criatura.
A ella entregó entonces su vida e inteligencia, su fuego creador, y de ella recibió experiencias y agradecimiento. Su membresía celebra hoy 60 años de trascedente existencia con sensación de plenitud.
Puede afirmarse que aquella muchacha delicada y hermosa, natural de la ciudad de Santiago de Cuba, cambió muy temprano la trenza y el candor por la lucha y movilización en las calles de la oriental urbe, siendo una estudiante de la enseñanza secundaria.
[box title=»Rememora Presidente cubano legado de Vilma Espín» box_color=»#8d82db» title_color=»#ffffff»]
Fue la Revolución vestida de mujer. Su tierna firmeza al fundar obra y familia, al organizar con las mujeres una Revolución dentro de la Revolución, escribió hoy en Twitter el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al rememorar el legado de Vilma Espín, a propósito de cumplirse el aniversario 91 su nacimiento.
Fue la Revolución vestida de mujer. Su tierna firmeza al fundar obra y familia, al organizar con las mujeres una Revolución dentro de la Revolución, deben ser una escuela permanente en la #Cuba que tanto amó. Una flor para #VilmaEspín en sus 91. #SomosCuba pic.twitter.com/vAWuiXHSC0
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) April 7, 2021
El mandatario cubano agregó que la vida y actuar de la heroína santiaguera deben ser una escuela permanente en la Cuba que tanto amó; y resaltó, una flor para Vilma Espín en sus 91.[/box]
Sus padres fueron decisivos en la formación de sus valores cívicos y patrióticos. Junto a otros estudiantes la adolescente Vilma participaba en marchas y reclamos contra la corrupción, por la justicia y de acciones solidarias con otros pueblos del mundo.
En sus años juveniles sintió además gran afición por las actividades culturales, como el canto lírico y coral que practicó, el deporte y las ciencias.
Graduada de Bachiller en Ciencias en 1948, matriculó la carrera de Ingeniería Química en la recién creada Universidad de Oriente.
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El artero golpe de estado de Fulgencio Batista en 1952, marcó un momento importante en la profundización de sus ideales políticos y patrióticos.
Se hizo una combatiente todavía más activa, de modo que cuando ocurrieron los sucesos revolucionarios del 26 de julio de 1953, con los asaltos a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, organizados desde La Habana por Fidel Castro, no dudó en saber cuál sería su destino y militancia.
Enterada de los sucesos de aquel histórica madrugada de la Santa Ana en su ciudad, no pudo evitar salir a la calle y tratar de ponerse en contacto con la fuerza juvenil rebelde. Luego, cuando la sangrienta persecución del régimen cazaba a sus participantes en la ciudad, su casa sirvió de refugio a un combatiente, Severino Rosell,y desde allí prestó socorro a otros jóvenes dispersos en varios puntos.
Vilma Espín y Frank País, otro héroe entrañable de su tierra, fortalecieron los lazos de hermandad y colaboración que tenían a partir de la creación, años después, del Movimiento 26 de Julio. La ciudad natal de ambos conoció del coraje y la intrepidez de esos jóvenes y de muchos más hijos de la región cubana con fama de indómita.
A mediados de los 50, al término de su carrera, seguía implicada en el centro de la lucha contra la dictadura batistiana.
No obstante, viaja a Estados unidos a recibir un curso de adiestramiento. Al retornar al país pasa por Ciudad de México para reunirse con Fidel, quien está en los preparativos de la expedición del yate Granma.
Regresó a Cuba con mensajes y orientaciones enviados por el líder revolucionario a otros dirigentes de la organización patriótica dentro del país.
Vilma y varias de sus amigas y compañeras de la lucha clandestina desafiaron muchas veces los peligros de ser asesinadas o desaparecidas sádicamente por los sicarios del tirano Fulgencio Batista, al transportar grupos de revolucionarios en su auto y esconder armas y medicamentos, que hacían llegar a los luchadores, en sus amplias faldas y sayuelas, conocidas entonces como “engañadoras”.
![Rendirán hoy en Guantánamo tributo a Vilma Espín](https://www.trabajadores.cu/wp-content/uploads/2017/04/vilma-espin.x10671.jpg)
Con el asesinato en 1957 de Frank País, los riesgos para la vida de la audaz guerrillera se incrementaron, a pesar de la pericia adquirida en acciones de resguardo y fuga, que incluso la hacían saltar muros o transitar por tejados, con una agilidad insospechada.
Su batallar tuvo que continuar entonces en 1958 como combatiente del II Frente Oriental Frank País, a las órdenes de Raúl Castro, al sureste de la Sierra Maestra.
En el Ejército Rebelde cumplió misiones militares y participó en el proyecto educacional desarrollado allí que en medio de los combates, alfabetizaba a soldados y campesinos de las regiones liberadas e impartía orientación ideológica.
Después del triunfo de la Revolución y la asunción de la presidencia de la FMC, sin embargo encontró tiempo para ejercer su profesión de ingeniera. Formó una familia con el amor de su vida, a quien encontró en la militancia y fragor de la lucha guerrillera.
Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y de su Buró Político por muchos años, fue artífice de una obra profunda y perdurable en tiempos de paz, pero no exenta de los desafíos y dificultades de un país cambiante, amenazado, bloqueado y agredido, en Revolución.
Probado está que los obstáculos y peligros siempre fueron retos a vencer y acicate para ella.
Sin embargo los años duros de la brega no la hicieron perder su serenidad y dulzura. Sólo un detalle: era batalladora la ternura de esta inolvidable cubana.
Entonces, mientras la mujer cubana se levante cada día dispuesta a hacer por el bien de todos, mientras siga a la vanguardia en cada tarea titánica, mientras dé otro paso en el camino para despojarse de estereotipos y roles frívolamente asignados, para erguirse como protagonista de su tiempo, de su presente y su futuro, ahí estará Vilma renacida, inmensa en su sencillez, orgullosa de haber abonado ese camino.
En estos tiempos de duras sacudidas, de constantes pruebas a la dignidad y a los principios, no han claudicado sus pupilas, al contrario, se han crecido, porque atesorar ejemplos como el suyo es fuente de inspiración y empuje constante, a fin de plantar cara, con firmeza, a los escollos del presente y a los retos que aún nos queden por vencer.
(Tomado de Radio Ciudad del Mar)