Por Alina Perera Robbio/ Presidencia Cuba
Buscar la autonomía y la soberanía para poder producir lo que el país necesita, ver cada demanda insatisfecha de la población como una oportunidad de ofrecimiento. Con esos conceptos, y otros concernientes al vital espacio que el Ministerio de Industrias ocupa en la sociedad, se expresó este martes el primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, durante la reunión anual del organismo, donde se habló de prioridades y desafíos.
Como uno de los sectores que está en el centro del desarrollo del país, que ocupa «una posición extremadamente importante», valoró el Jefe de Gobierno al ministerio en análisis; y a sus representantes que se dieron cita en el Palacio de la Revolución les habló sobre la necesidad de — aun en circunstancias difíciles—, continuar no solo sosteniendo lo logrado sino también desarrollándose, buscando nuevas formas de satisfacer las demandas de la población.
Lo más importante en un reto como ese, reflexionó Marrero Cruz, son la inteligencia y la capacidad innovadora, valores que el sector ha demostrado tener para seguir dando solución a los problemas del país.
El encuentro también contó desde la presidencia con el viceprimer ministro y Comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez, así como con el titular de Industrias, Eloy Álvarez Martínez, quien en las palabras que dieron inicio a la reunión apuntó que gracias al sistema de audio conferencia unas 300 personas, junto a los directivos del organismo, estaban tomando parte en la reflexión colectiva.
Eloy Álvarez afirmó que a pesar de las adversidades por cuenta de la COVID-19, y del brutal impacto del bloqueo estadounidense, «la mayoría de la industria se mantuvo trabajando, y se dedicaron los principales esfuerzos a la búsqueda de soluciones productivas que permitieran minimizar las afectaciones a los programas priorizados». En tal sentido enumeró las producciones de cloro, oxígeno, y productos de aseo, así como otras líneas relacionadas en lo fundamental con el enfrentamiento a la pandemia.
En esencia, explicó, el sistema de trabajo del ministerio ha tenido como contenidos la implementación de la Estrategia económica y social, el Plan del Desarrollo con miras al 2030, y la implementación de las medidas para el fortalecimiento de la Empresa Estatal Socialista. «Queda mucho por hacer. Existen reservas internas, retos y oportunidades sobre las cuales hemos basado las prioridades de trabajo para el 2021», dijo el titular.
De igual modo Eloy Álvarez explicó que para el 2021 el sector industrial cuenta con dos prioridades: el trabajo político-ideológico —con especial énfasis en el apoyo a los jóvenes—, y la estrategia de la recuperación económica. Sobre esta última, detalló que la misma se basa en tres pilares: consolidar la implementación y control de las funciones y políticas rectoras del ministerio; incrementar la participación de la Industria en la satisfacción de las demandas en los sectores estratégicos del país; y la correcta implementación de la Tarea Ordenamiento.
La actividad de mantenimiento como algo clave para la economía, el desarrollo de las industrias de reciclaje, de envase y embalaje, la producción de piezas de repuesto, así como la gestión del diseño industrial forman parte, según explicó el titular, de las prioridades del sector que busca mayor participación en las demandas de los sectores estratégicos del país, y que no pierde de vista «identificar todo lo que se pueda producir en Cuba» mientras sustituye importaciones, genera ideas e innova.
Modernizar las infraestructuras tecnológicas, ejecutar inversiones y negocios previstos en el año, así como ejecutar pequeñas inversiones que contribuyan a la sustitución de importaciones, se suman a las tareas del ministerio, ante el cual materializar la estrategia de exportaciones constituye propósito de suma importancia en los nuevos escenarios.
Voces del universo fabril
No ha sido poco todo lo que la industria cubana ha hecho en estos tiempos difíciles: de ella, a pesar de las carencias y problemas, han nacido envases, ventiladores pulmonares, incubadoras para recién nacidos, impresoras 3D, entre otros productos vitales que han servido, por ejemplo, de apoyo a la producción masiva de vacunas.
Reinaldo Luis González, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Sidero-Mecánica, habló en nombre de una parte del ministerio cuya responsabilidad es tributar a todos los sectores cardinales de Cuba. Sin perder de vista la estrategia de recuperación económica y la importancia de los encadenamientos productivos, hizo mención a la producción de piezas de repuesto, actividad en la cual han estado enfrascados para tributar, por ejemplo, a los ferrocarriles o a los centrales azucareros.
La agenda de este tipo de industria es de suma envergadura y tiene que ver con lo que se tiene en mira: garantizar combinadas cañeras, procesadoras de maíz, rescatar la producción de máquinas forrajeras, avanzar en la validación del tractor cubano, o rescatar, este año, las exportaciones en la rama mecánica.
Por su parte Mirla Caridad Díaz Fonseca, presidenta del Grupo Empresarial de la Industria Ligera, expresó que el universo que ella dirige, el cual tributa a la economía productos de alta demanda, se vio urgido por la necesidad de cambiar mercados y formas de financiamiento. Es algo, apuntó, en lo que se producen avances gracias al uso de la ciencia y de la innovación.
El Presidente del Grupo Empresarial del Reciclaje, Jorge Luis Tamayo Díaz, señaló que esa entidad tributa a cinco programas del país. En el camino de aportar al desarrollo de la industria, dijo, es importante el fortalecimiento de la Empresa Estatal Socialista y lograr, en lo puntual, sistemas cerrados de financiamiento; y en cada paso, siempre incluyendo la innovación, la ciencia y la tecnología.
Un vasto campo de oportunidades tiene el Grupo Empresarial de la Electrónica en Cuba. En voz de su presidente, Vicente de la O Levy, fueron enumerados los avances de un sector que se hace notar, por su objeto social, en la calidad de vida de las personas. Todas las entidades de ese universo, expresó el directivo, cumplieron en el año ya terminado, con los indicadores económicos.
En la Industria Electrónica es extensa la lista de producciones de altísima demanda en Cuba: impresoras 3D, teléfonos móviles –en cuya fabricación se podrá incursionar primero en pequeñas cantidades-, cajas decodificadoras digitales, lámparas y bombillos, paneles solares fotovoltaicos, entre otras producciones. La filosofía de este universo industrial, es que cada empresa dependa de su propia gestión, y que intervenga en los sectores estratégicos del país con aportes surgidos desde fuerzas propias.
Contar cada vez más con la industria
Hacia el final del encuentro el Primer Ministro habló del 2020 como un año complejo, que «no es comparable con años anteriores», algo que también sucederá con el 2021, marcado por dificultades y que tiene dentro de sí el complejo proceso de la Tarea Ordenamiento.
Marrero Cruz resaltó la importancia «del trabajo político ideológico con todas las tropas de la industria, en estos momentos complejos»; resaltó el valor de una estrategia en defensa de la Revolución, actualizada en cada lugar, así como la necesidad del intercambio permanente con los trabajadores.
Ante el impacto del bloqueo del gobierno estadounidense contra la economía cubana, el Jefe de Gobierno preguntó en qué punto estaría nuestra industria si ese cerco, de cuyo costo es preciso hablar siempre, no existiera.
En medio de misiones como el enfrentamiento a la COVID-19, la Tarea Ordenamiento, o la producción de alimentos, Cuba prepara el VIII Congreso del Partido Comunista, expresó Marrero Cruz; y agregó: «estamos convencidos de que será un congreso histórico, donde se analizarán a profundidad estas prioridades y se trazarán líneas de trabajo para continuar avanzando en la solución de las mismas».
De la vitalidad del equipamiento industrial, de poner a funcionar todo cuanto esté a nuestro alcance, de ir modernizando los viejos métodos, de mantenimiento, de cultura de reciclaje, y de una utilización más óptima de la chatarra electrónica habló el Primer Ministro, quien además se refirió al tema de los envases y el embalaje como algo fundamental para la economía y en lo que aún se está lejos de la actual demanda.
Sobre la industria ligera, Marrero Cruz comentó la necesidad que Cuba tiene de ese sector: «no disponemos siempre, dijo, de las materias primas que requiere esa industria; pero están claras las indicaciones que se han dado, sobre todo asociadas a la producción de calzados, de ropas, en lo que iremos avanzando. Lo que no podemos permitirnos es el lujo de que desaparezcan todas esas tradiciones, todas esas habilidades para poder producir cosas con calidad».
Sobre el desarrollo de la automática —área en la cual se están teniendo importantes resultados—, y sobre la industria electrónica también habló el Primer Ministro. Al respeto destacó el valor de la investigación y la innovación para las producciones nacionales.
El Jefe de Gobierno disertó sobre la pertinencia de que la innovación sea todo el tiempo la respuesta concreta a cada problema, y no una consigna. E hizo alusión a las alianzas tecnológicas: «nosotros, un país pobre, tenemos que seguir viendo qué es lo último que existe, qué es lo último que está funcionando en el mundo; y ver cómo trabajamos en su desarrollo para el país».
Si se habla del papel que está llamada a jugar la industria, en esencia se trata —resaltó Marrero Cruz y recordó una idea ya expresada por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez—de que quienes necesiten algo en pos del desarrollo, puedan contar, y cada vez más, con la industria del país.