Son incontables los objetos y superficies que a diario tocan nuestras manos. Ellas entran en contacto con gran parte de las cosas que nos rodean, lo cual nos expone a ser receptores potenciales de elementos nocivos para la salud causantes de enfermedades infecciosas transmisibles.
Es una razón más que suficiente para no descuidar ni un solo instante la higiene como una de las principales herramientas de protección para contrarrestar o prevenir la entrada de la COVID-19.
Detengámonos a pensar por cuántas personas pasa el dinero que recibimos y después utilizamos el llavero de la casa por solo citar un ejemplo. O nos sentamos ante la computadora sin antes desinfectar el teclado u otro elemento y no higienizamos nuestras manos.
Podían mencionarse muchas otras situaciones. No resultan triviales las indicaciones de los especialistas de epidemiología en materia de aplicar las más estrictas medidas de higiene individual.
Hay que insistir en el sistemático lavado de las manos con abundante agua y jabón entre 40 y 60 segundos, el uso de solución clorada al 0,1% o alcohólica superior al 60% y no tocarnos los ojos, la nariz o la boca.
También hay que tener muy en cuenta la desinfección de superficies que tocamos frecuentemente con solución de hipoclorito de sodio al 0,5 por ciento.
Nunca será excesivo aplicar cuanta medida sea necesaria en aras de que cada quien debe asumir el empeño de enfrentar y neutralizar la propagación del nuevo coronavirus.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.