Desde el 5 de septiembre del año pasado, uno de los locales del Centro Nacional de Genética Médica doctor José Gregorio Hernández, de Guarenas, Estado de Miranda, acoge a la brigada 13 del Contingente Ernesto Che Guevara, de la Misión Médica Cubana en Venezuela.
En ese inmueble se acondicionó el área donde laboran 28 profesionales antillanos que asumen la gestión del laboratorio de biología molecular encargado de la realización de pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, PCR, en tiempo real y desde entonces buscan los indicios del Sars-CoV-2, patógeno causante de la Covid-19.
En uno de los departamentos del centro converso con la doctora santiaguera Daisy Figueredo Sánchez, especialista en Higiene y Epidemiología y jefa del colectivo, quien afirma categórica: “No hay nada que resulte más inquietante que haberse tomado una muestra de PCR para ese estudio y estar esperando el resultado”.
“Por eso, enfatiza, cuando las horas de trabajo y el cansancio casi, casi te vencen, nuestros compañeros analistas, especialistas hacen el máximo de esfuerzo para hacer la mayor cantidad de análisis en el día.”
“Pero hay otras razones que nos estimulan”, dice y explica que hacerlo así facilita mucho el trabajo de los equipos de Asistencia Médica y de epidemiología para trazar los radios de acción de los controles de foco, lograr el cierre de la transmisión en cada una de las localidades y darles seguimiento a la evolución de los casos positivos o sospechosos.
El laboratorio realiza esos estudios por encargos de varias demarcaciones del país y también, para prevenir contagios, a los integrantes de todas las misiones sociales de Cuba en Venezuela, en caso de dudas ante determinados síntomas de infecciones respiratorias y a quienes viajan a la Patria por diferentes motivos.
Recursos humanos y tecnología
Así define Daisy el quehacer de los brigadistas y agrega que disponen de tecnología china robotizada para la extracción del ARN viral de 184 muestras en solo 80 minutos; de tecnobloques; gabinetes de bioseguridad y termocicladores, que hacen la conclusión del proceso, porque definen la positividad o no de la muestra analizada, y todos estos medios son garantías de diagnósticos confiables.
Daisy reconoce la trascendencia del trabajo de los informáticos, “junto a los analistas son los encargados de dar la entrada a cada una de las muestras y unidos al estadístico reportar el resultado final. Son vitales porque abren y cierran el proceso”.
Y de su disposición de trabajar con la intensidad que la situación exige hablan el ingeniero Informático granmense Abel Moreno Rodríguez y el licenciado en esa materia Yovanys Zamora Estrada (Matanzas), de 28 y 30 años de edad, respectivamente.
“Todos los días la jornada laboral comienza antes de las 8:00 de la mañana o antes y termina cuando reportamos el último resultado obtenido. No hay tiempo para el agotamiento”, enfatizan.
Expectativas satisfechas
Desde su puesta en marcha el colectivo que gestiona esta institución sanitaria ha procesado más de 90 mil muestras y es aliada insustituible en la batalla que contra esta letal enfermedad libra la nación sudamericana, con el acompañamiento de la Misión Médica Cubana.
Hasta ahora en el laboratorio no lamentan casos de contagio gracias al estricto cumplimiento de las normas de bioseguridad y a la disponibilidad de los recursos imprescindibles para su protección.