Excelente helado, excelente trato. Es esa la combinación perfecta ofrecida en la pequeña cremería del hotel Royalton Hicacos, situada al final de la “calle” Medio, el transitado pasillo identificado con el nombre de la arteria principal de la ciudad de Matanzas.
Nadie se va de allí sin disfrutar de esa delicia, parte del diseño de propuestas de la prestigiosa instalación de Varadero, un alimento elaborado y servido con especial encanto por el joven Javier Gallardo Álvarez.
Junto con el mantecado, la fresa o el chocolate va también, como agrego, el desempeño de un trabajador hábil en el arte de seducir con un recurso tan esencial en la industria del ocio como la amabilidad.
A Javier lo conocí hace un año y algo, en uno de esos momentos cuando la alternativa se vuelve la mejor aliada. La imposibilidad de contar con los barquillos importados obligaba a la instalación a recurrir a los vasos desechables. Javier decidió arriesgarse a probar con una pequeña máquina.
Él mismo seleccionaba los ingredientes, preparaba la masa y la depositaba en el molde. Unos minutos de cocinado y ya está. “Es un proceso artesanal, un poco lento porque el barquillo sale de uno en uno, pero reconforta”, dijo satisfecho.
“Uno valora más las cosas cuando las crea con sus propias manos”, afirmó entonces y de inmediato preguntó qué sabor de helado yo prefería. Guayaba es lo mío, respondí y de inmediatamente estaba yo saboreando la exquisitez de un producto que distingue a unos de los más prestigiosos hoteles de Varadero.
Ser cortés en cualquier lugar, y en cualquier circunstancia es la máxima de Javier, uno de sus atributos más ponderados. Si alguien tuviera dudas, bastaría asomarse a su facebook. Son muchos los comentarios de quienes reconocen al dependiente del helado como un auténtico ejemplo de la calidad en los servicios.
En aquel febrero de 2020, prometí regresar al Royalton porque “él merece una buena entrevista”, me habían sugerido. Llegó la Covid-19 y dejé en pausa el trabajo…
Un año después mucha alegría me dio verlo en el grupo de los merecedores de la condición Jóvenes por la Vida, distinción instituida por el Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) para reconocer desempeños sobresalientes en el enfrentamiento a la Covid-19.
El 4 de marzo, Día del Trabajador de la Hotelería y el Turismo, recibió también el carné de la UJC, “el mejor de los reconocimientos a un empleado vanguardia como este”, afirmó Amaurys Echevarría, secretario general del buró sindical.