El rostro de Maidi Martínez no parece el de una paciente sometida a cesárea que estuvo en estado crítico, y menos de alguien que padeció Covid-19, es el de una madre satisfecha y feliz.
“Todo pasó, estoy muy agradecida a los médicos, al personal de enfermería, a todos los que estuvieron al tanto de mi salud y del estado de mi niña. No tengo palabras con que expresar lo que siento”; sonríe es una sonrisa que solo veo en sus ojos pero es franca, sincera, dulce y de satisfacción.
La salud pública cubana y el programa materno infantil se convierten en una fortaleza en casos como el que protagonizaron los profesionales del Hospital Mariana Grajales y del Militar Manuel Fajardo, ambos de Santa Clara, al salvar de la Covid-19 a una madre y su hija.
El equipo médico
El doctor Rogelio Pendón, especialista de II Grado en Ginecostetricia, jefe de este servicio en el Hospital Mariana Grajales, de Villa Clara, explicó a Trabajadores que el grupo multidisciplinario creado para atender el caso valoró cada paso con meticulosidad, “se actuaba para salvar las dos vidas y así fue estimándose cada momento para poder llegar a este feliz. Son hoy una madre y una niña sanas”, afirmó satisfecho.
Por su parte, el doctor Armando Iglesias tuvo la responsabilidad de conversar con la paciente antes de realizar la cesárea. Recordó que su diálogo fue por teléfono, obtener datos para decidir la interrupción del embarazo, pedirle además el consentimiento de poder proceder. Reconoció que fue una lucha múltiple, madre, hija, médicos y que hubo siempre confianza en el equipo que las atendió.
Asimismo, el doctor Eliodoro Medina fue el designado para realizar la cirugía. “Desde por la mañana me explican que debían valorar una madre con Covid-19 ingresada en el Hospital Militar Manuel Fajardo, para tomar una decisión. No tuve miedo, lo hice cuidando y cumpliendo los protocolos, la cesárea fue muy satisfactoria y rápida. Fue increíble como al instante de terminar el acto quirúrgico, el estado general de Maidi cambió”, aseguró el galeno.
Maidi aseveró que cuando salió de la cesárea estaba diferente, sentía que volvía a la vida y que ambas estaban a salvo. Sabía que todo había pasado y que estaban camino a vencer.
La doctora Islequis Díaz, directora del Hospital materno Mariana Grajales, señaló que este ha sido un final feliz. “Están reunidas la madre y la niña, todo fluye con estabilidad. Es un éxito de muchos”, precisó.
La familia…
Ya van pronto a casa. Junto a ellas el abuelo materno y una tía, la felicidad se apodera de la familia. Helen es hermosa, tiene el ansia de vivir. Su madre la mira con orgullo, “su primer año será un cumpleaños por la salud cubana. La felicidad de esta familia es alegría para Cuba. Gracias”, dijo con afecto y fervor.
A nuestros médicos que día a día combaten sin tregua la eliminación de la pandemia, salvando vidas y más vidas de nuestro pueblo como la de Helen y Maidi sin horas de descanso.
Felicidades al Doctor Elidoro y su equipo que lograron salvarlos de esta terrible pandemia.
CUBA VIVA