Desde el domingo 21 de febrero la vacuna rusa Sputnik V contra la Covid-19 corre en sangre de cooperantes cubanos en Venezuela, donde la inmunización comenzó el 18 de ese mismo mes con un programa que ahora prioriza personal de la Salud y de otras áreas ubicado en la primera línea de enfrentamiento a la enfermedad, tanto del sector público como privado.
“Es un gesto solidario del Gobierno bolivariano y una garantía para preservar la salud de nuestros compatriotas y continuar acompañando con más seguridad al pueblo venezolano en la batalla que libra contra la pandemia”, así lo valora el doctor Reinol Delfín García Moreira, jefe de la Misión Médica de Cuba en Venezuela.
Y con su opinión coinciden los misioneros de la Isla que durante casi un año han estado en los más complejos escenarios, donde era mayor la amenaza de propagación del nuevo coronavirus dando batalla frente a un enemigo invisible y letal.
Incluidos en el programa nacional de inmunización, en esta primera fase recibirán el antígeno los enfermeros intensivistas y emergencistas, médicos diplomados en terapia intensiva y en otras especialidades del triaje respiratorio y especialistas en terapia intensiva que están en zona roja atendiendo directamente a las personas aquejadas de esta letal enfermedad, asegura García Moreira.
Elogia el desempeño de los misioneros criollos, también beneficiados con la inoculación, en siete centros sanitarios del Sistema Público Nacional de Salud, incluidas las salas de cuidados intensivos de los hospitales Universitario del Estado de Zulia y El Vigía (Mérida) y de campaña instalado en el Poliedro de Caracas (Distrito capital), y en los Centros de Diagnóstico Integral, quienes unidos a sus colegas venezolanos están enfrentando con denuedo al Sars-CoV-2 hace ya casi un año.
Adelanta que se prevé, en la medida en que el gobierno venezolano siga adquiriendo el antídoto, continuar el proceso de inmunización hasta completar la totalidad de los colaboradores de todas las misiones sociales que prestan servicios en la Patria de Bolívar.
Las acciones están organizadas con el objetivo de evitar la conglomeración y observando las demás medidas de bioseguridad establecidas en los protocolos de enfrentamiento, confirma el doctor Rodolfo Pérez Sánchez, vicejefe integral de la Misión Médica Cubana en el Distrito Capital.
Pérez Sánchez confirma que a los 21 días se administrará la segunda dosis y que después de aplicado el fármaco el receptor se mantiene en observación las primeras 24 horas para atender cualquier anomalía que pudiera manifestarse y que hasta ahora en el total de vacunados solo se han detectado dos reacciones adversas, nada alarmantes, consistentes en malestar general y escalofríos.
El Gobierno bolivariano prevé la vacunación este año del 70 por ciento de su población y ha reiterado sus denuncias a las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Venezuela, porque obstaculizan el uso de los recursos financieros en el extranjero para adquirir vacunas e insumos imprescindibles en la gestión de la enfermedad.