Dicen que el camino más largo es quedarse parado, por ello para avanzar en el propósito de que la empresa estatal socialista constituya el eslabón fundamental de la economía, en el 2019 se adoptaron 28 decisiones y otras 15 en septiembre del 2020. Aunque se tomaron en momentos diferentes responden a los mismos objetivos y algunas constituyen un avance en relación con sus predecesoras, y ponen a la empresa en mejores condiciones de asumir la Tarea Ordenamiento. Por razones de espacio comentaremos varios aspectos de las 15 últimas medidas.
Se aprobó, respecto al destino de las utilidades retenidas después de los impuestos, flexibilizar la distribución de estas a los trabajadores, para lo cual se establece un reglamento de acuerdo con el sindicato. Se incluyen dos nuevos destinos: un fondo para financiar la adquisición y construcción de viviendas, y la estimulación colectiva a trabajadores y colectivos laborales.
El máximo órgano colegiado de la entidad está facultado para aprobar el pago por distribución de utilidades a los trabajadores que han sido sancionados por indisciplina durante el año, excepto si la violación es considerada grave. Se flexibiliza igualmente la utilización de los cargos técnicos relacionados en los calificadores, como el diseño de cargos propios, descartando los vinculados con el cumplimiento de funciones estatales.
Se generaliza a todo el sistema empresarial el “pago por alto desempeño”, que es un complemento al reconocimiento moral de forma excepcional a un trabajador o colectivo. No tiene carácter masivo y se aprueba por el consejo de dirección de la empresa oído el parecer de la organización sindical.
Los jubilados pueden contratarse en igual cargo que el que desempeñaban siempre que sea interés de la entidad, y se modifica el cálculo de su pensión a los que acumulen 45 años o más de servicios, se reincorporen y laboren al menos cinco años o más.
Ya es posible contratar para determinados servicios, diferentes a los que habitualmente realizan, según sus contratos, a trabajadores de la entidad fuera de su jornada laboral.
También se unifican los conceptos de actividades secundarias, eventuales y de apoyo para flexibilizar su uso a partir de considerar todas las que no estén comprendidas en el objeto social.
Se amplían las facultades de los jefes de las unidades empresariales de base (UEB) para acceder directamente a créditos otorgados por el sistema bancario o instituciones financieras; operar cuentas bancarias de ingresos y gastos dentro de los límites del plan y presupuesto desagregado; aprobar los precios y tarifas de sus productos o servicios, respetando la política de precios de la empresa; aprobar inversiones no nominales que permitan solucionar imprevistos y restituir equipos; entre otras.
Se aprobó la empresa filial, un paso intermedio hacia el proceso de restructuración y modernización del sistema empresarial. Esta se constituye a propuesta de la empresa y se presenta a la aprobación del Ministerio de Economía y Planificación mediante la Organización Superior de Dirección Empresarial (Osde), Organismo de la Administración Central del Estado (Oace) o el gobierno territorial. Es subordinada de la empresa que la crea, la cual le cede parte de su patrimonio y tiene personalidad jurídica.
Estas y otras flexibilidades permitirán el avance del principal eslabón de la economía, sin olvidar que se hace camino al andar.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …