“Un hijo es una gran responsabilidad”, frase popular, repetida a menudo por quienes la han vivido, de generación en generación. ¿Y puede enseñarse a ser madres o padres? “Eso no se aprende en ninguna escuela”, creen algunas personas que basan su aprendizaje únicamente en la experiencia y en lo que les transmitieron los suyos. Sin embargo, podemos prepararnos mejor, desde antes de la concepción, para emprender este camino en el ciclo de la vida.
Ese es el propósito mayor de las Jornadas Maternidad y Paternidad. Iguales en derechos y responsabilidades, que celebra su 8va. edición, de forma virtual, desde este 15 de febrero hasta el próximo 4 de abril.
Organizada por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), la iniciativa “se propone abordar los procesos de maternidad y paternidad desde la corresponsabilidad en la atención al desarrollo pleno y seguro de niñas, niños y adolescentes”.
En esta ocasión, estos espacios nos invitan a “Educar con límites saludables”, lema que llama a la reflexión y al diálogo en torno al ejercicio de la autoridad y las pautas de crianza para formar mujeres y hombres autónomos, con plena conciencia de sus derechos desde la niñez y la adolescencia.
Particularmente, en estos tiempos de mayor convivencia en casa debido a la pandemia, las familias se enfrentan a situaciones complejas, que de no manejarse adecuadamente, pueden repercutir en el desarrollo integral de sus hijos e hijas, según Grisell Crespo, máster en Metodología de los Procesos Correctores Comunitarios (ProCC) y Presidenta del Comité Organizador de las Jornadas Maternidad y Paternidad.
“Ya no puedo con mi hijo”. ¿Cómo poner los límites?, es una entre las variadas charlas televisivas y conferencias a las que puede acceder desde los perfiles institucionales del CENESEX en redes sociales para encontrar respuestas a sus dudas y conocer buenas prácticas sobre los métodos educativos.
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Cuidar los espacios de cada miembro de la familia, incluyendo los de las personas adultas, es imprescindible al ejercer la autoridad, evitando caer en el autoritarismo -a partir de la arbitrariedad-, esto podría aliviar cargas y desasosiegos de la crianza, disminuir desgaste en las relaciones y la convivencia, construyendo nuevos vínculos, más armoniosos y placenteros y contribuiría a que el proceso de crecer sea más saludable.