La dispersión de la Covid-19 por todas las provincias hace más difícil su control, a pesar de los rigurosos protocolos de tratamiento que ha establecido Salud Pública, pues hay brechas que abren la irresponsabilidad y la indisciplina, y el no cumplimiento estricto en algunas instituciones.
La situación de Cuba no es ajena a lo que sucede en el mundo, pero duele de manera particular. Cuando entró la pandemia y comenzaron a adoptarse las medidas para su prevención y control, en la ciudad, no se escuchaban los pregones de los revendedores ni los altoparlantes anunciando helados o bocaditos de helados. No sé si sucede en otros pueblos.
Pudiera parecer una exageración, pero desde mi apreciación, cuando reapareció esa voz popular, se perdió la percepción de riesgo en la población; son decenas o cientos de personas deambulando, y otro número multiplicado lo aportan quienes salen a comprar.
El caso es que este tercer rebrote le ha dado duro a Cuba y se ha llevado a muchos cubanos, la mayoría lamentablemente de la población más vieja, la más vulnerable por las enfermedades que padecen, pero cuidado, también a personas más jóvenes que no han podido superarla por diversos motivos.
Nadie se acostumbra a escuchar la cifra de cuatro o cinco fallecidos cada día. Desde que el doctor Durán comienza a hablar en la conferencia televisada con voz lúgubre, ya sabemos lo que viene detrás: las condolencias.
La cifra de casos confirmados es muy alta: 823 durante el día de ayer, y ha sido repetitiva; el acercamiento al 600 trae una esperanza, pero al día siguiente o al otro, la curva sube y vuelven los más de 800.
La Habana está desbocada, como la centrífuga de un ingenio, y anda montada en los 400, sin que las medidas que se aplican nuevas o viejas, puedan frenar el contagio de una enfermedad de rápida propagación y elevada contagiosidad.
Hay que hacer mucho más en la capital; la gente lo pide constantemente, aunque muchos no cumplen siquiera con las mínimas medidas establecidas: el nasobuco está en el rostro de la mayoría, a veces hasta dentro del hogar, pero el distanciamiento social, que es clave no se lleva tal y como es.
Santiago de Cuba y Guantánamo, con cifras inferiores al centenar, son las otras dos provincias donde se concentran más enfermos. El resto va atenuando los contagios, sin dejar el vaivén, lo que da una esperanza de que nuevamente se pueda controlar la Covid-19 en el país.
Durán insistió en la protección a los grupos vulnerables; advirtió que mientras aumentan los contagiados, caen grupos de mayo riesgo.
Recordó acudir al médico de forma temprana y no se automedique, sino dejar que el médico defina su situación y adopte las medidas correspondientes.
Explicó que los test de antígeno son efectivos cuando la persona tiene síntomas, y es útil para identificar la Covid-19 en el menor tiempo posible.
En el día de ayer se reportaron 823 nuevos casos
- 797 son autóctonos y 26 importados
- Hay 4 mil 748 pacientes activos ingresados en los hospitales
- Dieron 839 altas médicas
Residencia por provincias de los 823 casos confirmados
Pinar del Río: 11
Artemisa: 21
La Habana: 480
Mayabeque: 17
Matanzas: 22
Cienfuegos: 5
Villa Clara: 28
Sancti Spíritus: 1
Ciengo de Ávila: 7
Camagüey: 16
Las Tunas: 15
Granma: 15
Holguín: 12
Santiago de Cuba: 98
Guantánamo: 70
Municipio Especial Isla de la Juventud: 5
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