Cuando en tiempos de pandemia la economía mundial se ha visto severamente afectada por la caída en picada de casi todas las economías, la República Socialista de Vietnam ha conseguido el segundo más alto índice de crecimiento del mundo: 2, 91 por ciento.
Estimados del Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguran que en el 2021 la economía vietnamita alcanzará el 6, 7 % de crecimiento, cifra que se verá secundada por el aumento del ingreso per cápita hasta 2 mil 900 dólares. Vale recordar que tal índice apenas alcanzaba los 159 dólares en 1985.
Según la revista británica The Economist, la nación asiática figura entre las 10 de mayor crecimiento del producto interno bruto (pib) del mundo y es una de las 16 economías emergentes con mejores resultados en el último año. El tamaño de su macroeconomía ha aumentado de forma drástica a lo largo del tiempo, pasando de 6 mil 300 millones de dólares en 1989, a 268 mil 400 millones de dólares en 2020.
En los últimos años Vietnam ha firmado cinco acuerdos de libre comercio (TLC), incluidos los de nueva generación y alto nivel, y se ha colocado al centro de una red de 16 pactos regionales de ese tipo. En los mercados de más de 200 países pueden encontrarse hoy artículos diversos manufacturadas por empresas vietnamitas, pero las cantidades no son estables. No obstante, la proyección para el 2045 contempla que la producción industrial aporte el 40 % del pib y que el valor de los productos de alta tecnología represente el 45 % del total.
Las metas sostienen el anhelo de esta gran nación de incluirse en el selecto grupo de países de economía desarrollada del sudeste asiático. Existe consenso mundial en reconocer que lo conseguirán y que tales resultados solo han sido posibles gracias a la lucidez con que el Partido Comunista de Vietnam (PCV) ha conducido los destinos de la nación.
El diario Asia Times, por ejemplo, resaltó en un reciente artículo que “la mejor evidencia está en el control exitoso de la pandemia de la Covid-19, cuyos resultados se deben a las efectivas medidas de confinamiento, al rastreo de contactos de los casos de contagio, a la sensibilización de la sociedad, y a la alta confianza de los ciudadanos en el liderazgo del Partido Comunista de Vietnam, organización que contribuye a resolver los apremiantes problemas del país”.
Esos resultados en el manejo de la emergencia sanitaria también fueron reconocidos por los tecnócratas del Banco Mundial, quienes elogiaron el urgente accionar de las instituciones vietnamitas para reducir la propagación del virus y minimizar las muertes a pesar de que el país comparte frontera con China, donde se desató originalmente el SARS- CoV2.
Ese nivel de compromiso y liderazgo de los comunistas vietnamitas que muestran los resultados fue ratificado por el XIII Congreso del PCV que sesionó entre el 25 de enero y el 1 de febrero en el Centro Nacional de Convenciones de Hanói, al cual asistieron mil 587 delegados en representación de más de 5,1 millones de militantes.
Para muchos de los presentes, el evento marcó un hito significativo en el devenir del Partido y la nación pues evaluó el pasado y aprobó los objetivos generales y específicos que servirán de base al desarrollo y la defensa de la nación en los próximos 30 años. El Congreso también reiteró el compromiso raigal de luchar contra todas las formas de corrupción, y reforzó la coherencia entre la mentalidad y el accionar de la organización política, el pueblo y los militares, según declaraciones recogidas por la prensa.
En una de las intervenciones ante el plenario, el primer ministro Nguyen Xuan Phuc reconoció que el cónclave verificó el cumplimiento de los acuerdos de su precedente más inmediato (Resolución del XII Congreso); los 35 años de la implementación de la renovación (Doi Moi); los 30 años de la Plataforma de 1991 para la construcción nacional; y la década del despliegue de la Plataforma complementada y desarrollada en 2011, así como la estrategia de desarrollo socioeconómico del decenio (2011-2020) que recién concluye.
El proceso conocido como Doi Moi recibió especial atención pues contiene las reformas económicas y sociales iniciadas en 1986 bajo el liderazgo político del PCV y que garantizaron la introducción de mecanismos propios de la economía de mercado sin renunciar a la construcción del socialismo.
La cita aprobó directrices de cara al progreso socioeconómico nacional proyectado para el lustro 2021-2025, así como las metas hasta 2030 con una visión hasta 2045, año en que festejarán el centenario del nacimiento de la República Democrática de Vietnam, hoy República Socialista de Vietnam.
Como parte de la agenda de trabajo del Congreso se eligió al Comité Central, integrado por 180 miembros permanentes y 20 suplentes, así como al Buró Político y al resto de las estructuras partidistas. Amplio consenso recibió la propuesta de ratificar a Nguyen Phu Trong (1944, Hanoi) en el cargo de Secretario General, responsabilidad que comparte con la presidencia del país y la de Secretario de la Comisión Militar Central.
En la conferencia de prensa ofrecida por Phu Trong luego de la clausura del XIII Congreso, sostuvo que el éxito del evento estuvo, entre otras razones, en la calidad de los documentos aprobados, en el proceso de consultas que generó y en la calidad y preparación de la militancia.
Con la certeza de que “el pueblo es la raíz, sabe, delibera, ejecuta, examina, supervisa y se beneficia de las decisiones adoptadas mediante un modelo de democracia participativa” (*) y la sabiduría que encierra el refrán local de que “al comerte una fruta, piensa en aquel que plantó el árbol”, los comunistas vietnamitas han dibujado ante sí el desafío inmenso de satisfacer los anhelos de bienestar de su pueblo y la responsabilidad histórica de mostrar un camino viable al socialismo.
(*) Frase pronunciada por Nguyen Phu Trong, secretario general del PCV y presidente de Vietnam en una de las jornadas del XIII Congreso