A diario, por las calles y las esquinas nos percatamos de la falta de percepción del riesgo de muchas personas que no cumplen las medidas de protección contra la Covid-19: lo mismo andan sin nasobuco, que en las colas unos pegados a otros. En tanto, cada día aumentan en el país las cifras de contagiados con la terrible pandemia. Y la capital es la que más suma.
Hasta los niños que debían estar protegidos en sus hogares, se pueden ver a veces en las aceras, jugando, cuando tienen que estar prestando atención a las teleclases.
La indisciplina va contra todos los esfuerzos que ha hecho y hace el Estado, el sistema de Salud y todos los que se entregan a la tarea cotidiana de salvar vidas y combatir la Covid-19. Por eso y porque el momento lo exige, se impone adoptar medidas más severas contra todo aquel que viole lo establecido. Hay que evitar males mayores.