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Cargando...El doctor tunero Maikel Fernández López, especialista de primer grado en medicina intensiva y emergencia, ya había prestado sus servicios solidarios en Venezuela, “estuve desde el 2007 hasta el 2012 cumpliendo misión internacionalista en el Estado de Bolívar”.
Y arribó otra vez a la Patria de Bolívar el 11 de septiembre del año pasado, cuando la Covid-19 se propagaba con voracidad por todo el país, y lo hizo al frente de la brigada 44 del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, que desde Caracas brindó apoyo en la atención de casos positivos en otros seis Estados colindantes.
Esa fecha llegaron seis brigadas cubanas con más de 90 especialistas en diversos perfiles de la Salud y cada una atendía varios estados, agrupados en regiones, y de esa manera cubrieron toda la nación.
La llegada de los expertos refrescó el panorama de una fuerza sanitaria entonces con más de 180 días de enfrentamiento constante a la enfermedad lo que genera un agotamiento natural.
Y aquel día me aseguró: “Tengo un bebé de dos años y cinco meses de nacido, mi esposa, mi papá y otras muchas personas que quiero con el corazón, y les digo que no se preocupen. Me estoy cuidando y haciendo todo para poner en alto el nombre de nuestro país”. Y así lo hizo.
-¿Cómo estaba integrada la brigada de Caracas?
“La formaban 16 profesionales, entre ellos especialistas en terapia intensiva, anestesiología, nefrología, neumología, cardiología, higiene y epidemiología y cinco licenciados en Enfermería, todos con altos conocimientos científicos de la tarea, muchos de ellos ya habían participado en otras brigadas Henry Reeve en el enfrentamiento al Ébola, en África; y, contra esta pandemia en diferentes regiones de Europa como Lombardía, Cremen y Turín.”
-¿Cuál fue la misión principal?
“Vinimos a integrarnos a la Misión Médica de Cuba en Venezuela para atender específicamente a los colaboradores afectados por la Covid-19 y a los nacionales que por esa causa precisaran de nuestros servicios.
“La labor consistía en trabajar en el asesoramiento y atender a los pacientes confirmados de Covid-19. Algunos de nuestros colegas estuvieron por días en zonas rojas.
“Diariamente visitábamos los Centros de Diagnóstico Integral planificados. Llegábamos al filo de las 9:00 de la mañana, después que los médicos en zona roja habían evolucionado y tenían un diagnóstico del estado de los pacientes para evaluar cada caso y tomar conducta y decisiones colectivas.”
-¿Aleccionadora experiencia?
“Una gran experiencia colmada de riesgos, desafíos, es muy complejo y agotador permanecer tanto tiempo con las escafandras que nos ponemos para evitar el contagio, pero uno siente orgullo de lo que hace.”
-¿Atender a colaboradores cubanos?
“Aunque mi especialidad es atender pacientes graves, cuando sales del país y te encuentras a miles de kilómetros, ver a un compatriota enfermo es como ver a un hermano, porque todos somos una gran familia, y cuando lo encuentras batallando por la vida te creces y sacas fuerzas de donde no la tienes y alimentas una decisión: no se me puede morir ninguno y ese fue nuestro objetivo. Afortunadamente no tuvimos fallecidos desde nuestra llegada.
“Salvamos 10 vidas cubanas y les devolvimos la felicidad a esas familias. Es grande la satisfacción de atender a compatriotas nuestros en estado crítico y después verlos caminando, conversando, ya recuperados; entonces, nos damos cuenta que valió la pena el sacrificio, porque esos son los valores inculcados por la Revolución, nuestro Comandante en Jefe y el presidente Miguel Díaz-Canel, que exaltan la solidaridad, los sentimientos humanos, el internacionalismo, el patriotismo.”
Con esa satisfacción el doctor Maikel Fernández López retornó a la Patria y como digno fundador del Contingente Henry Reeve lo imagino en su Puerto Padre natal y después de cumplidos los protocolos de bioseguridad dando batalla en lucha continuada ahora contra el rebrote de la pandemia.
