Ese proceso de reforma debe ser conducido por los Estados Miembros y todas las posiciones deben ser tomadas en cuenta en igualdad de condiciones, dijo, y resaltó la importancia de lograr consenso.
La representación cubana apoya una ampliación de ese organismo, tanto en la categoría de miembros permanentes como no permanentes, con el objetivo de rectificar la insuficiente representación de los países en desarrollo, indicó el embajador.
Pedroso expuso que, como se ha referido en otras ocasiones, su país considera que el proceso de reforma debe abordar todas las cuestiones sustantivas relacionadas con cinco temas clave.
Estos son la categoría de miembros, la cuestión del veto, la representación regional, el tamaño de un Consejo de Seguridad ampliado y sus métodos de trabajo, y la relación entre el Consejo y la Asamblea General.
La reforma del Consejo de Seguridad –de gran relevancia para la organización multilateral– lleva un largo tiempo pendiente, si bien hace 20 años comenzaron las conversaciones sobre el tema.
Actualmente, la mayor parte de los países de Naciones Unidas coinciden en que la composición del Consejo de Seguridad no resulta representativa, ni refleja la cambiante realidad global.
Ese órgano está compuesto por cinco miembros permanentes: Rusia, China, Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que tienen poder de veto para aprobar o no las resoluciones.
Los restantes son los miembros no permanentes, elegidos en la Asamblea General para un período de dos años consecutivos y los cupos de esos asientos se reparten de acuerdo a criterios regionales.