Así recalcó al Consejo de Seguridad el representante permanente del país caribeño ante Naciones Unidas, Pedro Luis Pedroso, y ofreció detalles sobre las consecuencias que han tenido para el pueblo cubano los ataques terroristas organizados desde Estados Unidos.
Los ataques de miembros de la ultraderecha cubanoamericana, con el apoyo del Gobierno estadounidense, dejaron hasta ahora un saldo de tres mil 478 víctimas mortales y más de dos mil discapacitados, denunció la víspera.
Asimismo, Pedroso explicó que la Constitución de Cuba reafirma uno de los principios de política exterior de la mayor de las Antillas, el repudio y condena del terrorismo en cualquiera de sus formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de Estado.
El embajador también rechazó la inclusión de Cuba en la lista unilateral de países supuestamente patrocinadores del terrorismo, elaborada por el Departamento de Estado norteamericano.
Según destacó, se trata de una campaña personal del Secretario de Estado saliente, Mike Pompeo, y su desprestigiada política exterior.
Al respecto, exhortó a Naciones Unidas a pronunciarse en contra de ese tipo de listas y certificaciones unilaterales, políticamente manipuladas y contrarias al Derecho Internacional, que solo sirven a propósitos de difamación y coerción contra países que se niegan a acatar, en sus decisiones soberanas, la voluntad del Gobierno de Estados Unidos.
Desde numerosas regiones del mundo se han alzado voces en contra de la inclusión de Cuba en la nómina unilateral de Washington sobre países promotores del terrorismo.
Con este tipo de listas negras, el Gobierno norteamericano busca que terceros países corten relaciones comerciales y financieras con esas naciones a las cuales señalan, y se impongan más sanciones contra ellas.
«Cuba reafirma en ONU rechazo a las acciones terroristas…»
Que justo sería despertarle la memoria inyectadas de tanto odio y revancha ciega a estos personajes gobernantes del imperio norteamericano, quienes se aferran al poder y al odio: abrir en locales de la ONU un libro testimonio, cuyo primer capítulo agrupe los nombres inocentes de niñas y niños asesinados víctimas de acciones bélicas deliberadas, de políticas genocidas contra pueblos en Vietnam (crimen más denunciado en las calles y frente al Capitolio norteamericano) y en diferentes partes del mundo, de prácticas retorcidas residuales de expansiones económicas y territoriales, de opresión discriminatorias, de prepotencia y uso desmedido de la fuerza y del poderio bélico, tecnológico, cultural u otras formas contra el inevitable avance de la diversidad de civilizaciones y del ciudadano y de la protección al entorno natural que lo sostiene.
Páginas que incluyan la condena permanente con nombres de niñas y niños vietnamitas asesinados por bombas con cargas tan mortífera como el napalm. Territorios donde se cuenta que los niños temían mirar al cielo porque desde ahí les llegaba la muerte.
Páginas con nombres como Masa Radovic, quien narró el miedo de la población infantil de Yugoslavia donde murieron 89 niños entre datos que se hayan podido contabilizar producto de bombas supuestamente inteligentes, producidas por industrias y patentes bélicas norteamericanas.
Páginas y más páginas seguramente kilómetros de páginas acusatorio contra el pensar reaccionario, fascistoide de figurantes igual a los «señora Trump, Pom(…) y sus sguidores igual a ellos, que se sostienen robando el aporte del contribuyente norteamericano o, de otros pueblos según su procedencia.
Para más de una de esas páginas la generaciones cubanas tiene cientos de nombres que aportar.
¡Hagamoslo!.