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Quien vio de cerca a Mella
conoció a una de las personalidades
más sugestivas y atrayentes
que hayan alentado en nuestra tierra.
JUAN MARINELLO
En su libro Invitación a la lectura, publicado por vez primera en el año 1964, la recordada profesora universitaria dominicana-cubana Camila Henríquez Ureña, al reflexionar sobre la biografía, aseguraba que «hoy se caracteriza por el propósito de presentar al biografiado, aun cuando se trate de un héroe, como hombre».
Ese es, precisamente, el empeño del historiador Rolando Rodríguez quien, a partir de una exhaustiva investigación en fuentes documentales, presenta un acercamiento a la acción y el pensamiento del líder estudiantil Julio Antonio Mella, una de las más relevantes figuras de la lucha revolucionaria en las primeras décadas del siglo XX cubano.
En Mella: una vida en torbellino. Apuntes para una biografía (Editorial Capiro, Colección Estilo, Santa Clara, 2016, 296 pp), en cinco capítulos, el autor se acerca, en un libro concebido fundamentalmente para los jóvenes lectores, a un hombre que consagró su breve existencia a la conquista de la libertad, la independencia, la justicia, de la patria amada.
Un libro, como es fácil advertir al hojear sus páginas, que no solo le interesa relatar los hechos vividos por el aguerrido revolucionario, todo un paradigma del estudiantado universitario de la isla, sino también presentar a los lectores al hombre, al ser humano, con sus realidades y conflictos, sus certezas y dudas, sus vivencias y añoranzas…
En «Unas palabras a los jóvenes cubanos que me lean», texto que abre el libro, Rolando Rodríguez comenta que «la historia la hacen las masas, pero también los hombres que dirigen esas masas. La historia está hecha de pasiones, de razones, de conflictos, de necesidades y también de casualidades, nada de esto debemos ocultar ni soslayar».
En ese propio texto que sirve de prólogo al volumen, afirma que «los libros de historia debieran ser ejemplares, debieran mostrar la verdad, aunque a ratos nos duela. (…) No hay nada más peligroso que redactar mentiras, que embellecer la realidad de manera forzosa, que ocultar lo realmente sucedido».
De ahí que en Mella: una vida en torbellino. Apuntes para una biografía se conocerá, como en un fresco, junto a pasajes imprescindibles en la acción del infatigable revolucionario –como la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria y del Partido Comunista–, momentos de su vida personal –entre ellos, su relación sentimental con la luchadora y fotógrafa italiana Tina Modotti.
Doctor en Derecho por la Universidad de La Habana, Rolando Rodríguez (Santa Clara, 1940) es autor de una sólida obra investigativa relacionada con figuras y acontecimientos de la historia de la isla, en que aparecen títulos como Cuba: la forja de una nación y Republica de corcho, ambos galardonados con el Premio de la Crítica.
Profesor Titular de Historia de Cuba de la Universidad de La Habana, reconocido con el Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007 y el Premio Nacional de Historia 2008 ambos por la obra de la vida, Rolando Rodríguez, entre otras responsabilidades, fundó y presidió, en el año 1967, el Instituto del Libro.
«La biografía se caracterizara siempre –también escribía, en el libro ya citado, Camila Henríquez Ureña– como un género difícil, que tendrá que combinar, con la exactitud científica, la belleza misteriosa del arte; la verdad de la historia con la creación (…). Y persistirá la biografía, porque el hombre sentirá siempre la necesidad de conocer al hombre; de llevar hasta el límite el descubrimiento de sí mismo».
Rolando Rodríguez, con Mella: una vida en torbellino. Apuntes para una biografía, no solo contribuye, desde una renovadora mirada, a enriquecer la historiografía de la isla. Estas páginas posibilitan, igualmente, conocer la verdad de la historia y conocer al hombre que, incuestionablemente, protagonizó un hermoso capítulo de la propia historia de la nación cubana.
