Más de medio centenar de nuevas obras integran los fondos del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones, dibujos, caricaturas… Arte figurativo, abstracto, conceptual: las más recientes adquisiciones de la institución ofrecen un amplio panorama creativo, una variedad estilística, una diversidad generacional y de procedencias que enriquecen la más emblemática de las colecciones del país, y una de las más significativas del continente.
En el Edificio de Arte Universal se exhiben estas piezas. Es una buena oportunidad para apreciarlas, pues buena parte de las creaciones no formará parte de la muestra habitual del Museo.
En el catálogo de la exposición se apunta: “La adquisición de obras es una de las funciones esenciales de todo museo de arte. La necesidad de acrecentar las diferentes colecciones que lo definen impone esta función, en aras de lograr la mejor representatividad posible de los diferentes períodos, escuelas y autores presentes en su tesauro. También resulta imperativo fomentar el patrimonio del país con ejemplares que testimonien los nuevos derroteros del arte”.
De eso se trata: la pretensión es marchar con los tiempos y contribuir a mejorar cada vez más la narrativa de la institución. Algunas de las piezas adquiridas cubren etapas y corrientes insuficientemente abordadas hasta el momento.
Y el aporte a la colección de arte contemporáneo cubano es también importante. Es una de las responsabilidades del MNBA pues los historiadores, los críticos y los especialistas lo asumen como referente fundamental a la hora de estudiar la evolución del arte en Cuba.
Esta muestra reafirma la vitalidad de un museo que es mucho más que mera vitrina. Aquí se promueve el arte, se educa para el arte y se influye en los procesos creativos.