Ese infame coronavirus que nos echó a perder el 2020 y le entró con mala maña al 2021, nos ha dejado, a pesar de todo, más de una lección y de un aprendizaje.
Precisados por la necesidad del distanciamiento físico, y a veces hasta por imprescindibles cuarentenas, los cubanos nos vimos compulsados a un mayor y mejor empleo de las nuevas tecnologías.
Ello se tradujo, por ejemplo, en el comercio electrónico. A pesar de que abundaron inconformidades y desasosiegos, la población se estrenó y entrenó en las compras en línea en la plataforma TuEnvío, cuyas dificultades de infraestructura, organizativas y otras, continúan empeñados en solucionar.
Para esta alternativa, así como para el pago de múltiples servicios como el de la electricidad y el telefónico, por solo mencionar dos ejemplos, resultó de enorme importancia la Banca Móvil así como las aplicaciones Transfermóvil y EnZona. La utilidad de ambas se multiplicó sobre todo durante el último mes del año asociado al advenimiento del cambio monetario.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA. S.A, reporta que en la actualidad tienen lugar más de 10 millones de operaciones diarias en Transfermóvil, a la vez que EnZona ya posibilita pagar en dos mil 237 establecimientos establecimientos habaneros del comercio minorista, según aseguró a la Agencia Cubana de Noticias Yusnier Arias Valdés, subdirector del Sistema de Organización de ese canal para operaciones financieras digitales.
Para este enero, Transfermóvil lanzará una nueva actualización donde incluirá el módulo de servicios Bulevar Mi Transfer, para la gestión de negocios en Cuba, informó a Cubadebate Julio Antonio García Trápaga, Director de Comercio Electrónico de ETECSA.
Incluso, a partir de la venta de la canasta familiar normada con sus nuevos precios, como parte de la Tarea Ordenamiento, también muchas bodegas y carnicerías de todos los municipios capitalinos posibilitan, donde se cuente con un código QR, el pago en línea mediante teléfonos móviles.
De ahí que lo que en un comienzo fue casi privativo de los nativos digitales, hoy va extendiéndose a otros grupos etarios, y lo mismo puede verse a alguien de la tercera edad que a los de cuatro o cinco décadas gestionando pagos y otras gestiones frente a una pantalla.
También la pandemia impulsó la extensión del teletrabajo y el trabajo a distancia, al que se incorporaron unos 624 mil 978 cubanos. “Se fomentó el trabajo a distancia y el teletrabajo, modalidades que no eran nuevas pero empezaron a incentivarse porque les garantizaba a los trabajadores el necesario aislamiento sin afectación salarial”, indicaba la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, en la Cumbre virtual de la OIT, de julio último.
Ante los peligros de la Covid-19 aprendimos de igual forma a usar el pesquisador virtual, una de las tantas aplicaciones 100 % cubanas, y no pocos se iniciaron en el uso de las redes sociales, sobre todo para mantener el contacto con sus seres queridos, amigos y conocidos, cuyos abrazos tuvieron que volverse también virtuales.
Aparejado con lo anterior creció la infraestructura para la 4G y también el programa Nauta Hogar, que ETECSA incrementó con más de 50 mil nuevos servicios el año pasado y proyecta un crecimiento de unos 50 mil más.
Todo ello, junto a muchos otros empeños y resultados, se inscribe en los esfuerzos por la informatización de la sociedad, que no cejaron a pesar de la pandemia y vieron en el 2020 “un año provechoso para optimizar los servicios de conectividad en el país” según apuntaba ayer miércoles en su cuenta de Twitter el Ministerio de Comunicaciones de Cuba.
Esa misma fuente subrayaba, también como parte de la informatización y mencionando a Cubahora, que “un paso decisivo para el gobierno electrónico en Cuba fue el aumento de la informatización en servicios públicos como los registros de estado civil, identidad y otros trámites, para lo cual se trabajará aún más en 2021”.