Los arrecifes de coral en todo el planeta podrían blanquearse a finales del actual siglo si no se reducen con urgencia y de manera significativa las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), causantes del calentamiento global que padece la Tierra, advierte un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El blanqueo de los arrecifes de coral ocurre principalmente cuando, debido al aumento de la temperatura del océano, los corales se “estresan” y expulsan a las zooxantelas, algas microscópicas con las cuales conviven, que son su principal alimento y de las que reciben sus vivos colores. Al desnutrirse por períodos prolongados, los corales mueren y entonces dejan expuesto sus blancos esqueletos.
La amenaza que pende sobre los mencionados ecosistemas aparece contenida en el informe Proyecciones de futuras condiciones de blanqueamiento de corales, divulgado esta semana por el PNUMA y del cual se hizo eco la página digital Noticias ONU.
Los corales han existido por cientos de millones de años; y aunque pueden recuperarse del blanqueamiento si las condiciones mejoran, el progresivo calentamiento de las aguas puede debilitar los arrecifes más allá de toda reparación.
Los valiosos servicios que prestan los arrecifes de coral son incuestionables, pues alimentan a una amplia variedad de especies marinas, protegen las costas de la erosión de las olas y las tormentas, absorben nitrógeno y carbono, y ayudan a reciclar los nutrientes.
Su pérdida no solo tendría consecuencias devastadoras para la vida marina, sino que causaría también graves inconvenientes para los más de mil millones de personas en todo el mundo que se benefician directa o indirectamente de ellos, afirma el estudio del PNUMA.
Presentes en todos los océanos, los corales secretan exoesqueletos de carbonato para proteger sus cuerpos; los arrecifes coralinos crecen mejor en aguas cálidas, poco profundas, claras, soleadas y agitadas.
Esos arrecifes cubren cerca de 300 mil kilómetros cuadrados, menos del 0,1 % de la superficie de los océanos, pero albergan la vida del 25 % de las especies marinas. Algo más del 90 % están en el conjunto de los océanos Índico y Pacífico, y cerca del 8 % en el Caribe y Atlántico occidental.
El blanqueamiento generalizado ya es familiar en aguas de Fiji, Nueva Caledonia, Arabia Saudita, Papúa Nueva Guinea y el este de Australia. Aguas en lugares como Indonesia, Australia occidental, Bahamas, Madagascar, India y Malasia, contienen focos de corales de los cuales se espera que se decoloren después del 2044.
El último episodio de blanqueo de alcance mundial comenzó en 2014 y se extendió hasta bien entrado el año 2017. Se propagó por los océanos Pacífico, Índico y Atlántico, y fue el incidente de blanqueo de corales más prolongado, generalizado y destructivo jamás registrado.
«…lo triste es que las proyecciones son aún más nefastas que antes», afirmó el autor principal del informe, Ruben van Hooidonk, investigador de corales de la estadounidense Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
De mantenerse la economía mundial impulsada esencialmente por combustibles fósiles, —principales emisores de los GEI—, el estudio de la agencia de la ONU prevé que todos los arrecifes del mundo se blanquearán para finales de siglo, con un blanqueo grave hacia el 2034, nueve años antes de las predicciones hechas hace tres años.
Si los países superan sus compromisos actuales de limitar las emisiones de GEI en un 50 % para que la temperatura global no suba más de 1,5 grados centígrados (°C ) hacia mitad de siglo, ese peligroso blanqueo puede retrasarse 11 años —hacia el 2045—, y los corales podrían demorar progresivamente su deterioro.
Los corales pueden recibir un relativo alivio con un °C de calentamiento global; pero si la humanidad mantiene el actual ritmo de emisión de GEI, los corales podrían no sobrevivir incluso adaptándose a una temperatura dos °C más alta, vaticina el informe del PNUMA.
“Ante la inacción” —vale decir, mantener las crecientes emisiones de GEI que calientan el planeta y el agua de mares y océanos — “los arrecifes de coral pronto desaparecerán”, advirtió Leticia Carvalho, jefa del Departamento de Marina y Agua Dulce del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
La grave amenaza motivó a la alta funcionaria del PNUMA a formular una racional y vital convocatoria:
«Antes de que sea demasiado tarde, la humanidad debe actuar con urgencia, ambición e innovación basadas en evidencias científicas, a fin de modificar la trayectoria de este ecosistema.”
(Con información de páginas web Noticias ONU y Agencia IPS)