“Aquí mucha gente parece que no sabe la envergadura de esta pandemia. Llegué a La Habana el pasado miércoles en horas de la tarde y, desde la cola que hicimos los viajeros en el aeropuerto José Martí, vi mucha indisciplina”, dice Millary Calcedo.
“Venimos de España, donde el virus ha hecho grandes estragos, en el aeropuerto había cubanos y extranjeros sin guardar la distancia; y aduaneros conversando y sin organizar la cola. Nos hicieron un PCR totalmente gratis —gracias a Dios, el mío fue negativo—, pero deben cobrarlo. En Tenerife me costó 180 euros.
“Creo que a todo viajero le deben exigir su documento de haberse hecho el PCR. Eso es una muestra de responsabilidad. Mi mamá murió el 13 de diciembre y aún no he podido ir a su tumba en el cementerio, pues estoy totalmente aislada, por lo que tampoco he visto a mi familia. Eso es correcto. No quiero contagiar a nadie ni que nadie me contagie. Ah, y algo muy bueno: vino por aquí la doctora de la familia”.
Millary es cubana con residencia en Tenerife, España, llegó a La Habana el pasado miércoles en horas de la tarde y estuvo cinco días de aislamiento en espera del otro PCR en un área del policlínico 26 de Julio, en el municipio de Playa”.
Siempre acompañados por los doctores Leonardo Salvá y Tania Toriza, soldados de la batalla contra la COVID-19, visitamos una vivienda cercana, en la que otra familia cubana se encuentra totalmente aislada en su morada. “Mi hermana llegó a Cuba desde Miami el sábado 12 y en el primer PCR, en el aeropuerto, dio positivo y está ingresada. No podemos salir de la casa, pero estamos de acuerdo con el seguimiento que nos hacen”, afirmó una de las residentes.
Responsabilidad individual
César Hernández González es el primer secretario del Partido en el municipio capitalino de Playa, territorio con unos 180 mil habitantes y que se ubica, por esa estadística, como el cuarto en la provincia con más casos.
“En los últimos 15 días hemos recibido unos 3 mil 218 viajeros procedentes del exterior, de ellos 2 mil 104 cubanos. La mayor parte han sido de América, especialmente de Estados Unidos, con mil 207. Del total de arribos hay 45 positivos, la mayor cifra en 15 días desde marzo pasado. Con los 16 autóctonos —15 de ellos vinculados a viajeros— sumamos 61 pacientes en el municipio.
“Al llegar, a todos los viajeros se les realiza una diligencia sanitaria y se les indica qué hacer, cómo comportarse en esos primeros días: un PCR en el aeropuerto, otro al quinto día, ya sea en la casa, hotel o arrendamiento declarado. El resultado se conoce al séptimo día.
“De los 45 contagios, 39 son cubanos, lo que condiciona un mayor número de contactos. Por eso el llamado y la acción están dirigidos a incentivar la responsabilidad individual, al seguimiento de todos los casos, a cumplir los protocolos establecidos”, dijo el dirigente.
Hasta el jueves último, en Playa se han impuesto 24 multas, cada una por el monto de 2 mil CUP, a tenor del Decreto no. 14. “Son multas aplicadas por incumplimientos de los protocolos previstos y otras violaciones, relacionadas con viajeros llegados al país en momentos de la pandemia”, señaló César Hernández.
La situación en este municipio habanero, con importante incidencia en los niveles que hoy acusa la nación, evidencia que las fiestas y los abrazos, los besos y el histórico trato del cubano, tienen que ponerse a tono con la lucha contra la pandemia. Pero, sobre todo, que la única forma de ganar la batalla —más allá de la esperada vacuna— es la más estricta responsabilidad individual, saber que habrá tiempo para el cálido apretón de manos, para el jolgorio sensato, y para mimos y caricias alejados del grave peligro que representa el coronavirus.