Nunca podremos saldar la deuda de gratitud con el doctor Eusebio Leal (1942-2020), Historiador de La Habana. Su fallecimiento el pasado 31 de julio abatió a los habitantes de una ciudad que lo idolatraba porque él la idolatró. Aunque la proyección de este hombre iba más allá de su terruño. En Cuba toda, en muchos lugares del mundo, se sucedieron los homenajes a un intelectual excepcional, que hizo de su ejercicio vital una obra de extraordinario servicio público.
Este jueves desde las 9:00 a.m. cientos de personas en representación de millones, desfilan frente a la urna que atesora las cenizas de Leal en el Salón de los Pasos Perdidos del Capitolio Nacional.
Este es el lugar ideal: a los pies de la Estatua de la República, en una edificación a la que consagró muchos sueños y esfuerzos en el empeño de devolverla, con todo su esplendor, al patrimonio de la nación. Ahí el pueblo despide a Eusebio Leal.
Los que pasan, en fila que parece interminable, le rinden tributo al ciudadano ejemplar, al trabajador incansable que recorría las calles de la ciudad, impartía conferencias, dirigía proyectos de restauración, construía escuelas y talleres, saludaba a los transeúntes con una jovialidad y una naturalidad que encantaban.
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, primer secretario del PCC; del Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez; de la Asamblea Nacional del Poder Popular; del pueblo de Cuba… acompañan los restos de Leal.
Hasta las 4:00 p.m. estará abierto el Capitolio Nacional para que todos los ciudadanos que lo deseen acudan a despedir al historiador, cumpliendo con protocolos de las autoridades sanitarias ante el impacto de la Covid-19.
Mañana se realizará el homenaje de las principales autoridades del Estado, el Partido y el gobierno. Posteriormente, en ceremonia familiar e íntima, tendrá lugar el sepelio en los jardines de la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, el sitio que el propio Eusebio Leal escogió para su descanso definitivo y que con toda seguridad devendrá espacio de peregrinación de sus muchos admiradores.
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HAY HOMBRES QUE MUEREN Y CAEN Y HAY HOMBRES QUE CAEN Y NO MUEREN NUNCA. ESE ES EUSEBIO