Ante el desafío que presentó la COVID-19 al mundo, el Centro de Inmunología Molecular (CIM), una de las instituciones punteras de la industria biotecnológica cubana, alistó sus saberes y buscó en el arsenal de productos disponibles cuáles podían contribuir a salvar vidas. Es así que desarrollan protocolos de uso específico para pacientes graves con AcM Itolizumab, EPO y G-CSF. Este último, también conocido como LeukoCIM, Filgrastim o Factor estimulante de colonias granulocíticas, se empleaba con éxito en pacientes de cáncer o VIH-sida.
Los investigadores del CIM se sumaron al Instituto Finlay de Vacunas (IFV) en el diseño y producción de dos de los proyectos vacunales que están siendo evaluados por los científicos cubanos (Soberana 01 y Soberana 02) para lo cual aportaron dos antígenos específicos y moléculas recombinantes que verifican la respuesta inmune que ellas generan.
Desde el CIM se habla también con orgullo de las tres moléculas R-Fc desarrolladas para los kits diagnósticos del Centro de Inmunoensayo (CIE) empleados en la determinación de inmunoglobulinas (IgG e IgM) y del laboratorio que montaron en tiempo récord para realizar análisis de PCR con los cuales se diagnostica la COVID-19. En ese espacio laboran 12 horas diarias 40 trabajadores, casi todos jóvenes, procesan 440 muestras por jornada y al cierre de esta noticia superaban las 33 mil muestras evaluadas.
Por todas estas razones, justo en la víspera de que el CIM cumpla 26 años de creado, el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Salud decidió distinguir al colectivo con la Bandera Proeza Laboral y, de manera individual, con los sellos Aniversario 80 de la Fundación de la CTC a la doctora Tania Crombet Ramos, encargada de la estrategia clínica del Centro, y Mérito al Humanismo, Sensibilidad y Solidaridad, a 25 trabajadores destacados. Un grupo de 96 jóvenes recibió la distinción Jóvenes por la Vida, mientras que el Centro recibió una placa homónima, reconocimientos que entrega la UJC Nacional.
CIM antes y durante la COVID-19
El Centro de Inmunología Molecular pertenece al Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéutica BioCubaFarma. Es una institución totalmente cubana, de ciclo cerrado, donde se gestiona en paralelo la investigación, el desarrollo y la producción de productos, así como su comercialización.
Sus orígenes se remontan a los laboratorios del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR) donde el entonces médico investigador Agustín Lage Dávila, junto a otros científicos, comenzaron a obtener de manera experimental anticuerpos monoclonales para uso en humanos. Por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro, la idea comenzó a crecer y se convirtió en un centro que libra hoy una batalla frontal contra el cáncer y otras enfermedades.
El CIM fue oficialmente inaugurado el 5 de diciembre de 1994 y actualmente laboran allí más de mil trabajadores, el 50 % mujeres, con un promedio de edad de 41 años, aunque entre los directos en la investigación esa estadística ronda los 34 años.
Apegados como están a lo novedoso y a los altos estándares de calidad en los procesos, no extraña que entre su gente habiten 40 doctores en Ciencias, 137 Master y que gestionen a la vez 68 invenciones y 20 productos en investigación, vinculados a enfermedades crónicas no trasmisibles, degenerativas e infecciosas.
Como resultado de los 26 años de labor, el CIM exhibe un enorme prestigio, respaldado por 705 solicitudes de registros de patentes, 424 de ellos concedidos y 680 artículos científicos publicados por diferentes autores en diversos espacios del mundo.
Justo en días recientes se conoció que el Centro ganó cinco de los Premios de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) 2019, en 2 es la entidad ejecutora principal; y el resto son proyectos de colaboración con la Universidad de La Habana (facultades de Física y Biología), y el Instituto de Farmacia y Alimentos.
Además, obtuvo la Certificación de sus Estados Financieros, elemento que faltaba para optar por la categoría de Empresa de Alta Tecnología, primer objetivo estratégico que se había propuesto la institución para el 2020.
Aunque la circunstancia ha impuesto potenciar los recursos materiales y humanos para enfrentar la pandemia mundial, el CIM no ha abandonado sus producciones históricas, cuyo liderazgo ocupan la vacuna terapeutica CIMAvax- EGF contra el cáncer de pulmón, el anticuerpo monoclonal CIMAher para pacientes con cáncer de cabeza y cuello, el agente estimulador Eritroproyectina Humana Recombinante, empleado para tratar la anemia en pacientes prematuros o sometidos a diálisis o quimioterapia, así como los reactivos hemoclasificadores y los marcadores leucocitarios conjugados.
El Centro mantiene vínculos estrechos con el Instituto Finlay de Vacunas asociados a la evaluación de la activación de la respuesta inmune innata en población vacunada con Vamengo BC; con el Centro Nacional de Genética Médica para el estudio de la respuesta inmune en convalecientes; con el Instituto de Hematología e Inmunología en proyecto de transferencia de células madres a convalecientes y el estudio de la calidad de la respuesta inmune; y con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología para producir un antígeno vacunal que sirve de base a muchos otros proyectos.
Para cumplir con sus compromisos en la entrega de medicamentos y activos, el CIM cuenta con cinco plantas productivas, la de proteínas recombinantes y vacunas (EPOVAC), la de anticuerpos terapéuticos (ANTYTER), el Laboratorio de Anticuerpos y Biomodelos Experimentales (Labex, Santiago de Cuba), y las empresas mixtas Biotech Pharmaceutical Co. (BPL, China) y Abinis (Tailandia).
También participan de proyectos que enlazan producciones propias con otras de Biopreparados o del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), todas bajo la sobrilla del organismo superior de dirección empresarial que es BioCubaFarma.
Mujeres, fuerza esencial
Para Yanet Almaguer Díaz, especialista de ventas y exportaciones del equipo de trámites en frontera de la División de Logística, garantizar el bienestar de los trabajadores y contribuir a resolver sus problemas es parte de la misión administrativa del CIM, especialmente de ella como secretaria general del buró sindical.
El hecho de que el 50 % de la fuerza laboral sea femenina en edad fértil matiza la dimensión de tales problemas, los cuales muchas veces quedan asociados a las urgencias propias de las madres trabajadoras con hijos en edad escolar, con horarios de entrada y salida de los centros escolares que no siempre coinciden con los de trabajo.
El CIM le garantiza en esos casos un trasporte que lleva y recoge a los niños a las escuelas, mayormente cercanas al propio Centro, explica a Trabajadores. En el verano diseñamos un plan vacacional para que mientras los padres trabajan, los hijos permanezcan seguros, entretenidos y aprendiendo en talleres de expresiones artísticas, fundamentalmente artes plásticas, o disfrutando de presentaciones de compañías infantiles de danza o música.
El Centro tiene en su sede central dos plantas productoras en las que se labora por turnos. A partir de esa organización se estructura el sistema de trasportación y alimentación diario. Cada trabajador tiene garantizado entrar y salir en tiempo, y recibe desayuno y almuerzo, o comida y merienda nocturna, según corresponda.
Almaguer añade que para los que se entregan a la investigación, en cuya área la edad promedio es 34 años, también hay un tratamiento especial. Cuando la jornada se extiende debido a los rigores propios de la experimentación científica, los investigadores tienen un transporte que los espera y los lleva a sus casas.
Nos encargamos además organizar actividades por el día de la mujer, de las madres, de los padres, de los enamorados… y ayudar a los enfermos o a quienes resultan afectados por ciclones, tornados u otros acontecimientos puntuales.
Acá somos una gran familia, y al sindicato le toca ayudar, escuchar, resolver, así entendemos nuestra misión, concluye.
En la ceremonia de entrega de la bandera de Proeza Laboral, el director general del CIM, Eduardo Ojito, reconoció que “en medio del más cruel de los bloqueos que jamás haya existido contra un país, Cuba sigue de pie, porque esas oportunidades a la inteligencia se transforman en nación, en patria, cuando Cuba lo necesite. Y cuando la COVID 19 invadió Cuba, y el mundo se enfrentaba a esta pandemia, ahí estuvieron los jóvenes y trabajadores del CIM transformándola en nuevas oportunidades”.
[box title=»Sello Mérito al Humanismo, Sensibilidad y Solidaridad » box_color=»#0a7329″ title_color=»#ffffff»]
El Secretariado Nacional de la CTC aprobó instituir por única ocasión, el sello Mérito al Humanismo, Sensibilidad y Solidaridad, con el objetivo de potenciar el reconocimiento moral a trabajadores y colectivos que se han destacado en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19. El sello forma parte del subsistema de estímulos de la CTC y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud y enaltece el aporte solidario, humanista y altruista de sus afiliados.
Entregados a: Ivette Orosa Vazquez, Gretchen Bergado Baez, Franciscary Pi Estopiñán, Ana Victoria Casadesus Pazos, Marianniz Díaz Hernández, Claudia Plasencia Iglesias, Ernesto Bermúdez Abreu, Ernesto Relova Hernández, Briandy Fernández Marrero, Yanelys Cabrera Infante, Julio Palacio Oliva, Sum Lai Lozada Chang, Olga Lidia Fernández Sáez, Lourdes Hernández, Yamilet Romero Batista, Carmen Valenzuela Silva, Mayra Ramos Suzarte, Danay Saavedra Hernández, Liset Sánchez Valdés, Janoi Chiong Calderón, Noraylis Delgado Hernández, Gonzalo Oliva Artímes, Raúl Yanes Orue, Katiuska Galardi Martínez y Patricia Luaces.
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El médico Agustín Lage Dávila, fundador del CIM y su director entre 1994 y enero del 2018, recibió este 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana, el título de Doctor Honoris Causa en Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana con lo cual reconocen su aporte a la formación de más de 50 doctores en ciencias; al estrecho vínculo que ha mantenido siempre con las universidades; la contribución que realizó en aras del desarrollo biotecnológico de China; las más de 50 invenciones o patentes en las que ha participado; y el haber permitido con sus investigaciones que se trataran más de 40 000 pacientes fuera de Cuba y más de 90 000 en Cuba. [/note]