Más que una declaración final, con un mensaje a los jóvenes del mundo concluyó la última Jornada del Encuentro Juvenil Internacional “Ideas que Son Banderas” celebrado de forma virtual entre el 24 y el 26 de noviembre y convocado por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba. Se trata de ideas principales que deberán ser más que todo, acciones, principios, una guía para continuar la lucha por las causas más justas de la humanidad, por nuestros pueblos, frente al imperialismo y el neoliberalismo, sobre la base de la solidad y la unidad en la diversidad.
Tal como lo demostraron estos días de encuentro, no hay barreras cuando se trata de aunar voluntades pues fueron jornadas en las que prácticamente no se durmió –y no solo sus organizadores– pues las voces de los jóvenes de todos los continentes llegaron hasta los internautas y fue necesario mantener la transmisión en directo por medios de prensa cubanos y páginas de redes sociales en Internet en vivo para que todos pudieran enviar sus mensajes a pesar de las diferencias de horario.
Se homenajeó a Fidel con cada palabra, cada gesto, cada propuesta; se habló de guerra cultural, de las causas que nos unen, de los desafíos presentes y futuros, de cómo los pueblos se levantan y son capaces de revertir procesos, levantarse, seguir adelantarse y enfrentar muros, cambiar la historia desafiar al capital. Se habló de paz, solidaridad, integración.
El legado de Fidel es, sobre todo para la juventud
Un amigo de siempre, de Cuba y de los pueblos del mundo, un maestro de multitudes quiso llegar con su mensaje en la última jornada de este encuentro y como tantas veces, emocionó.
En esta ocasión el teólogo brasileño Frei Betto nos dijo que el legado de Fidel es sobre todo para la juventud, porque la juventud es el futuro de la Revolución y que una de las enseñanzas más importantes del líder histórico de la Revolución Cubana es que “hay que tener una ética de principios”.
Frei Betto destacó que todo en la Revolución Cubana ha sido orientado por principios éticos y morales que vienen de Varela, Martí, el Che, Raúl y Fidel y que la historia ha demostrado que se puede poner abajo a un gobierno, pero jamás a un pueblo.
Felicitó al pueblo cubano por su resistencia, la disposición de lucha, sin pesimismos y dijo a los jóvenes que el futuro estaba con ellos.
“Si queremos hoy ser herederos del ejemplo y el pensamiento de Fidel debemos estar comprometidos con los más pobres, con aquellos que son víctimas del capitalismo neoliberal y con una sociedad en la que se compartan los bienes de la tierra y los frutos del trabajo”, resaltó.
Un mundo nuevo y mejor es posible
Otro gran amigo de Cuba e inspirador de las luchas de nuestra región y del mundo, el presidente venezolano Nicolás Maduro, dijo también en un mensaje a los participantes en el Encuentro, que se viven tiempos históricos, de cambios profundos y acelerados en la conciencia y en la fuerza de los pueblos, que a veces parecen invisibles a los ojos de algunos en todas las sociedades, pero reivindican las batallas de gigantes como el eterno e inmortal Fidel, las ideas que defendieron Chávez, Bolívar, el Che y Martí, hombres que jugaron su papel y dejaron una huella “como profetas del tiempo que estaba por venir y que aún está por llegar”.
Maduro recordó que en América Latina se ha visto en el último año: el despertar de Chile, las grandes movilizaciones de Ecuador, Colombia, Guatemala, y que no se puede perder de vista lo que ha pasado en EE.UU., el surgimiento de poderosos movimientos de carácter social, juvenil, de afrodescendientes, que tomó calles y avenidas durante meses diciendo “BASTA” al racismo, la desigualdad, la exclusión. “Queremos igualdad. Basta de guerras. Hay un pueblo en EE.UU. que ha despertado”, precisó.
El mandatario venezolano aseguró que con esas ideas debemos jugarnos la vida y exhortó a seguir dando batalla en todos los escenarios: las aulas, las comunidades, las familias, las redes, las paredes. “Hay que dar batallas en todos los espacios. Un mundo nuevo y mejor es posible, dando batalla lo vamos a lograr”, concluyó.
Cuba es esperanza
No faltaron tampoco quienes desde muchos rincones del orbe no quisieron que concluyera el encuentro sin agradecer a Cuba y a su pueblo, a los jóvenes cubanos por estas horas de análisis, reflexiones, por el abrazo virtual en tiempos de pandemia y crisis económica global, en momentos definitorios para la humanidad.
Así llegaron también los mensajes del presidente y la vicepresidenta de la Nicaragua Sandinista, quienes nos ratificaron que no se puede dejar de pensar y vivir el legado de Fidel, porque él es vida, luz, verdad, inteligencia y corazón de nuestras revoluciones, que estos cuatro 4 años han sido de presencia absoluta y que nos dice todos los días “Adelante, valientes de todo el mundo. Vencemos y Venceremos”.
Jóvenes de México, Costa Rica, Irlanda, Cambodia, Palestina, Vietnam y muchas otras partes del mundo definieron a Cuba con palabras como solidaridad, optimismo, esperanza para la humanidad, dignidad, libertad, Revolución. Ratificaron que deben ser las nuevas generaciones quienes continúen liderando la batalla por la democracia, contra la discriminación y todo tipo de violencia y que hay que seguir el camino de la lucha antimperialista y eso solo es posible en el socialismo; por eso Cuba es un ejemplo de hacia dónde se debe encaminar la lucha por la liberación de nuestros pueblos, hacia dónde debe ir la humanidad para salvarse.
Declaración final del Encuentro
Ideas que son Banderas
Primera
Construir la unidad en la diversidad, en defensa de las causas justas de los pueblos, “significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias”, por encima de los intereses personales y el sectarismo; para consolidar la solidaridad, el antiimperialismo y el antineoliberalismo: acción de transformación necesaria en tiempos de y post Covid.
Segunda
Luchar por una paz estrechamente vinculada con el desarrollo, que garantice el bienestar de los pueblos. Rechazar el uso y la amenaza del uso de la fuerza, acabar con las guerras imperialistas, desmantelar las bases y fuerzas militares extranjeras que trasgreden la soberanía e independencia de nuestras naciones.
“La paz y el derecho a una vida confortable y digna deben ser para todos. Esto no nos será concedido de modo espontáneo. Como todas las grandes conquistas del género humano, requiere de nuestra unidad, de nuestro esfuerzo, de nuestro tesón”.
Tercera
Cultivar la más hermosa flor, la solidaridad humana, la de sacrificarse por los demás, dentro y fuera de su Patria.
«¡Gloria a esa juventud, a los nuevos salvadores de vidas, que elevan la noble profesión de médicos a los más altos niveles de consagración y ética que ha conocido el mundo! Ellos encarnan el tipo de médicos que miles de millones de personas pobres requieren con desesperada urgencia».
Cuarta
Defender la educación de calidad para nuestros pueblos y el acceso universal a la cultura fortalece la autonomía y libertad de las naciones, antídoto para enfrentar la guerra cultural subversiva y mediática, que tiene como principal objetivo borrar la historia y enajenar a las nuevas generaciones.
“Nuestra juventud debe procurar adquirir aquellos conocimientos que sean más útiles en cada momento de la nación. Sobre todo, si se tiene en cuenta que estamos entrando en una etapa enteramente nueva (…)”.
Quinta
Salvar el medio ambiente, reduciendo los efectos negativos del cambio climático, implica luchar por una mejor distribución de las riquezas y por la aplicación de las tecnologías para el desarrollo humano, y no para el lujo y el despilfarro que promueven las sociedades consumistas.
“Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.”
Sexta
Exigir el respeto a los Derechos Humanos, sin importar el color de la piel, el credo, la orientación sexual, el género, sin discriminación ni violencia; especialmente el derecho a la vida digna; el acceso universal y gratuito a los servicios de salud y educación; el empleo; y poner al alcance de todos las vacunas y los medicamentos, por encima del mercado; son principios elementales para la construcción de un mundo mejor por el que luchamos y sabemos que es posible.
“Queremos un mundo sin hegemonismos, sin armas nucleares, sin intervencionismos, sin racismos, sin odios nacionales ni religiosos, sin ultrajes a la soberanía de ningún país, con respecto a la independencia y a la libre determinación de los pueblos, sin modelos universales que no consideran para nada las tradiciones y la cultura de todos los componentes de la humanidad.”
Séptima
Realizar acciones activas de movilización y campañas mediáticas para exigir que cesen los bloqueos, sanciones y medidas coercitivas unilaterales contra las naciones, que dañan a los ciudadanos, socavan la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. En particular, exigir el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, que constituye el principal obstáculo al desarrollo económico y social del país, y una violación masiva y flagrante de los derechos humanos del pueblo cubano.
“Queremos un mundo (…) sin crueles bloqueos que matan a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, como bombas atómicas silenciosas”.
Octava
Exigir el establecimiento de un nuevo orden económico internacional justo y equitativo; la democratización de las Naciones Unidas y las instituciones financieras regionales e internacionales; la integración, la cooperación y las relaciones civilizadas entre las naciones con respeto a la soberanía e independencia, a las diferencias existentes entre sus sistemas políticos, económicos y sociales o sus niveles de desarrollo y sin inmiscuirse en sus asuntos internos.
“No somos simples espectadores. Este mundo es también nuestro mundo. Nadie puede sustituir nuestra acción unida, nadie tomará la palabra por nosotros. Solo nosotros, y solo unidos, podemos rechazar el injusto orden político y económico mundial que se pretende imponer a nuestros pueblos.»
Novena
Luchar cada día para cumplir con el legado emancipador y hacer realidad los sueños de nuestros próceres, que confiaron siempre en el protagonismo de los jóvenes como generación continuadora.
“Creer en los jóvenes es ver en ellos, además de entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la Patria, fe en la Patria! ¡Amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas!”
Décima
“Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes”.
A estas y todas las ideas de Fidel, que son banderas para la juventud cubana y mundial, no les fallaremos.
¡Por ellas lucharemos unidos, viviremos y venceremos!