La corrupción afecta, en mayor o menor medida, a todas las naciones del planeta. Existe y corrompe a las sociedades a pesar de los esfuerzos de gobernantes honestos y el reclamo de la ciudadanía y las fuerzas políticas progresistas. Preocupa a todos, pero no todos se ocupan por igual de eliminar un mal que convierte en millonarios a unos pocos y ayuda a empobrecer a la mayoría.
Nadie escapa del fenómeno, tal como lo demuestran las informaciones que periódicamente ponen al desnudo el inmenso poder de quienes la utilizan para su provecho: presidentes, ex gobernantes, políticos, empresarios.
A punto de iniciar la tercera década del presente siglo y con malos augurios para el año 2021 debido a la pandemia del Covid-19 y sus consecuencias, económicas, sociales y políticas, los corruptos tendrán nuevos y favorables escenarios para sus trajines.
“La corrupción endémica que afecta a América Latina amenaza con hundir y revertir los avances logrados con los gobiernos progresistas en los últimos años”, afirmó a mediados del 2017 en Uruguay el lingüista, filósofo y activista estadounidense Noam Chomsky, durante una conferencia impartida en la sede del gobierno municipal de Montevideo.
Los mayores escándalos por corrupción en los últimos 20 años fueron detectados en Perú y han afectado a varios de los mandatarios de esa nación:
Ollanta Humala, presidente entre el 2011 y 2016 y su esposa terminaron en la cárcel acusados por lavado de activos en detrimento del Estado y de asociación ilícita para delinquir. Le antecedió Alberto Fujimori, quien gobernó a Perú entre 1990 y 2000. El escándalo de corrupción que involucra a la constructora brasileña Odebrecht, que algunos lo consideran como la mayor red de sobornos extranjeros en la historia involucra a otros gobernantes y personalidades de varios países de América Latina.
En total, según otras informaciones la empresa brasileña habría pagado en Perú 19 millones de dólares en sobornos a funcionarios entre 2005 y 2014, según información entregada por esa compañía al Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Papeles son papeles, caso Panamá
Reza una canción infantil que “papeles son papeles”, pero el de los Papeles de Panamá constituyó uno de los escándalos más sonados en la región que afectó prácticamente a todo el planeta. Así fue conocido internacionalmente el escándalo provocado por una filtración informativa de documentos confidenciales de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca.
Una abundante información brindada por una fuente no identificada al periódico alemán Suddeutsche Zeittung reveló el ocultamiento de propiedades de empresas, activos, ganancias y evasión tributaria de Jefes de Estado y de Gobierno, personalidades políticas y de los negocios, el arte y hasta del deporte.
El caso Odebrecht
Todo comenzó en 2016 cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos inició una investigación contra la empresa brasileña por un caso de soborno a funcionarios públicos en 12 naciones del continente en el lapso comprendido entre 2001 y 2017, período en que Odebrecht pagó en coimas cerca de 500 millones de dólares.
En muy poco tiempo Marcelo Odebrecht se convirtió en una de las personalidades más influyentes de Latinoamérica, el Caribe y Europa. Participaba en foros y reuniones mundiales del más alto nivel, erigiéndose en uno de los hombres más poderosos del Cono Sur. Hoy se encuentra en una pequeña celda de la prisión de la policía federal brasileña en Curitiba.
Especializada en sectores como la ingeniería y la construcción, así como en la solución de proyectos de infraestructura y energía, la constructora es una de las organizaciones más importantes de la región y tiene presencia en 24 países. La multa impuesta por EE. UU. al gigante brasileño fue de 3 mil 500 millones de dólares.
Al estallar el escándalo estaban presentes en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y República Dominicana, por solo citar los más importantes. Obras de ingeniería, gaseoductos, hidroeléctricas y proyectos petroquímicos, entre otros. Por ejemplo, en el caso de México, la acusación contra Odebrecht establece que entre 2010 y 2014, la empresa pagó sobornos por más de 10 millones de dólares a funcionarios.
Estos sobornos, admitidos por la referida empresa, evidencian que la corrupción se llevó a cabo con complicidades políticas, es decir, que responden a mecanismos del sistema en la mayoría de los países mencionados.
Una vez que el emporio brasileño ha reconocido haber recurrido al soborno para ganar licitaciones públicas en varios países latinoamericanos corresponde a estos esclarecer el destino de esos fondos con los que se compraron voluntades políticas.
Muchas denuncias, pocos arrestos
Sin embargo, a pesar de que las evidencias y las denuncias han sido muchas los arrestos han sido pocos. A veces, la Justicia funciona. En Brasil, decenas de “prestigiosos” congresistas, abogados y políticos fueron sido acusados de corrupción y algunos guardan prisión.
La paradoja es que en Brasil, como en muchas otras naciones, son los corruptos los encargados de aplicar la justicia contra otros corruptos, por lo que resulta fácil de entender que hasta el momento muchos no hayan sido juzgados y seguirán haciendo de las suyas mientras el poder político esté en manos de sus socios.
Un periodista peruano del diario La Tercera, resumen así lo que acontece en el país: “La destitución de Vizcarra forma parte de un espiral de la política peruana que hasta ahora parece no tener fin. Así, todos los últimos Presidentes desde 1985 en adelante han sido acusados o investigados por casos de corrupción.
“Hay mucha corrupción en el aire, desde hace mucho tiempo. Pero se debe también a que los juicios, las acusaciones, la actividad de la fiscalía, se han convertido en armas políticas, que todo el mundo usa según su interés.
“Y entonces, desde el caso Odebrecht hasta esto que estamos viendo, hay una corriente corruptiva de la que no está exonerado el Poder Judicial”.
Artículo de mucha enseñanza respecto a los origenes de una de las pandemias focalizadas; pero no estaria ocioso que cuando veas arder las barbas de tu vecino, quien ya transite por el virus de la corrupción mantente muy alerta con la tuya.
Sobre todo cuando a pesar del bloqueo seguirá siendo más facil producir azúcar, viandas, hortalizas y otros productos alimenticios que hacer o crear conciencia ciudadana.
¿Cómo mantener la inmunidad, evitar llegar a ella, a qué llamados acudir, qué tipo de estímulos potenciar para lograrlo?: materiales, ideológicos, espirituales, culturales, de educación, de doctrina, cultura general y social, con la ayuda de la ciencia, parece no hay más alternativas que sanear y mejorar las condiciones de vida en su infinita espiral de exigencias.
Seguramente lograr articular los multiples factores y juntos encausarlos, a través de la política, por un ordenamiento humanamente justo, racional, flexible, transparente y tan palpable que se pueda tomar con las manos.
La vida real nos enseña que no todo se logra a través de ejemplos y de muestras supremas, la mas plena pulcritud del quehacer político-social, también está conformada con llegar día a día a capas más amplias y sencillas de la población, las que soportan cada estructura «de lo supremo».
Es la explicación más lógica que me he podido ofrecer después de haber experimentado uno de los días más profanos que nos impone la vida cotidiana. Cuando inesperadamente en medio de tanta gloria, virtudes y orgullo para nuestra solidaridad médica ofrecida al mundo, ejemplo de una de las grandes manifestaciones de altruismo, y humanismo en nuestros días, experimentar amargas realidades en una parte del sector médico en la retaguardia, de reales titanes que andan por el mundo salvando vidas en pandemias y dedastres; cómo explicar que su retaguardia en nuestro país no sea capaz de hacer un análisis de cultivo a una embarazada por falta de pomos adecuadamente esterilizados, o por falta de guantes en el laboratorio; o haya que llevar la jeringuilla para extraer una muestra de sangre porque no hay en políclino y en algunos hospitales que te la pidan, se hace difícil creer que hospitales en tu radio de acción médica no estén equipados y dotados de personal adiestrado para extraer un tapón de cerumen del oído de un paciente adolorido o, con molestias por este prosaico estigma en torno a una incómoda sordera.
La primera auto explicación, la más recurrente y verdadera se la dirigimos y achacamos al injusto e inumano bloqueo. También somos comprensivos al no tener Cuba una linea industrial soberana para producir guantes sanitarios, jeringuillas para los laboratorios, pero luego luego llegamos a más conclusiones; también nos falta la exigencia conciente, individual y estructurada en maridaje por la institución compuesta de administración y medicina; iniciativa organizativa para recolectar y esterilizar pomos suficientes para análisis de cultivos.
Lo más acercado al tema del articulo y en torno a ello se crea un germen inverosímil que reduce a ceguera la visión de lo «Supremo, de la proeza, por muy magnánima que esta sea».
Surge el pensar con distorsiones, de ahí,sabemos, solo un paso al comportamiento corrupto que no está a la altura de la proeza selectiva y ni del esfuerzo y sacrificio del soporte masivo.
Gracias.