Se ha repetido una y otra vez, dada su importancia, que la empresa estatal socialista es el eslabón principal de la economía cubana. En ellas descansa el peso fundamental de los procesos productivos y de servicios, por lo que resulta imprescindible que sean eficientes, competitivas y que aporten.
No entraré en los detalles harto señalados del necesario cumplimiento de los planes, la disminución de las importaciones, el incremento de las exportaciones, el encadenamiento productivo…, abordaré, aunque obviamente no con la amplitud merecida, las medidas más recientes que se han establecido para el fortalecimiento de esas entidades y las prerrogativas que tienen sus direcciones.
Como se dice en el argot popular la “bola” está en la empresa, o sea, a ella le han dado las posibilidades de desarrollarse, avanzar, erradicar problemas, preparar al personal, motivar a los trabajadores…, en fin, materializar en la “concreta” las prioridades de la economía cubana.
Durante el pasado año fueron aprobadas 28 medidas para proseguir el avance de las entidades estatales socialistas y hace poco se agregaron otras 15 para fortalecerlas aún más, las que consideran el destino de las utilidades y el otorgamiento de la facultad al máximo órgano colegiado de la entidad para aprobar el pago por distribución de utilidades a los trabajadores que han sido sancionados por indisciplina durante el año, con excepción de las disposiciones que se aplican cuando la violación es considerada grave en los reglamentos disciplinarios.
También, generalizar el pago por alto desempeño, que solo era permitido a las empresas incorporadas al sistema de perfeccionamiento; autorizar la contratación de determinados servicios a los trabajadores de la entidad; unificar los conceptos de actividades secundarias, eventuales y de apoyo; perfeccionar las funciones de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE), empresas y unidades empresariales de base (UEB), y donde sea necesario y aconsejable, convertir en empresas las UEB que cierran ciclos productivos total o parcialmente.
Ahora bien, si esas medidas no se toman de la mano y se instrumentan adecuadamente, quedarán en letra muerta como parte de un documento más. El momento exige que los consejos de dirección sean más proactivos y analísticos y las direcciones sindicales en la base fortalezcan el papel que les corresponde, ante todo como representantes de los trabajadores y defensoras de sus derechos, pero también como impulsoras del buen hacer, de la disciplina, el control, la exigencia y la motivación.
Si la “bola” está en la empresa, hay que batearla con fuerza y no solo dar un hit al campo corto, sino un buen batazo que impuse carreras y garantice la victoria. Sencillamente, no queda de otra; el país y la economía así lo necesitan
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.
Gracias a ambos.
Aún quedan muchas ataduras que liberar. Se ha creado por años un andamiaje legal,financiero – contable, de supercontrol que falta mucho por desmontar para encontrar la necesaria independencia empresarial. Muchas estructuras burocráticas que han incrementado la distancia entre la decisión y la ejecución y ralentizado el resultado. Ello ha condicionado negativamente el actuar de directivos a varios niveles, matando la iniciativa y dejándolo todo a la orientación de un nivel superior. Al llegar cada nuevo «pitcheo» para utilizar el lenguaje del artículo, los directivos de base están tan anonadados, que no son capaces (ni se atreven)a descifrarlo.
Pero hace falta que los directivos la suerten para poderla batear