Barreras de contención en los límites geográficos, cintas amarillas que delimitan la distancia entre vecinos, calles semidesérticas, bullicio desplazado por un susurro, amigos y familiares con la zozobra que suscita la espera del resultado de un PCR, es el panorama que caracteriza a Sancti Spíritus en las últimas jornadas.
En la central provincia se agrava la situación epidemiológica con un crecimiento exponencial de casos positivos a la COVID-19, al reportar este lunes 23 nuevos confirmados con la enfermedad, con los que suman 157 las personas contagiadas luego del rebrote que comenzó por esto lares el pasado 10 de septiembre.
En tan solo 25 días se duplicó el número de infestados con relación a la primera etapa de la epidemia en la mayor de las Antillas, y a similar velocidad de la transmisibilidad del coronavirus se han incrementado las acciones que permitan una contención de la transmisión, con extremas medidas de restricción de movimiento.
Por decisión del Consejo de Defensa Provincial se cerraron, desde este domingo, los accesos a las ciudades de Sancti Spíritus, Trinidad y la localidad de Zaza del Medio perteneciente al municipio de Taguasco, lugares donde residen el mayor número de pacientes diagnosticados.
Solo se mantendrán las transportaciones asociadas a los servicios vitales y a la economía, u otros casos excepcionales y se refuerza la vigencia de la medida de restringir la movilidad de la población entre las siete de la noche y las cinco de la madrugada.
La ciudad cabecera provincial se confirma con la situación más complicada con unas 54 áreas con restricción de movilidad, dispersas por sus seis Consejo Populares.
La mayoría de los confirmados se relacionan con un evento de trasmisión local abierto en la Dirección Municipal de Salud (DMS) de Sancti Spíritus, con repercusión en otros municipios como Taguasco, Trinidad y Cabaiguán.