De acuerdo con un nuevo estudio científico, el número de especies exóticas de plantas y animales aumentará globalmente en un 36 % para mediados de este siglo con respecto al año 2005, fenómeno que lleva implícito el incremento de las dañinas especies invasoras.
Cabe apuntar aquí que mientras las especies denominadas exóticas (o no nativas) son aquellas introducidas fuera de su área de distribución natural, las especies llamadas invasoras son aquellas exóticas que, al establecerse y propagarse en el nuevo territorio, modifican allí los ecosistemas, los hábitats e incluso también otras especies.
Las especies invasoras son consideradas uno de los principales impulsores de la extinción de animales y plantas, por lo que la manera de poner freno a que se propaguen fuera de su entorno original constituye un permanente interés de los expertos.
El estudio, publicado en la revista Global Change Biology, fue realizado por un equipo de investigadores dirigido por el Centro de Investigación sobre la Biodiversidad y el Clima de Senckenberg, Alemania.
Para su trabajo, los especialistas desarrollaron un modelo matemático que posibilitó calcular cuántas especies exóticas se esperarían para el año 2050 y los volúmenes estimados de las especies que podrían terminar convirtiéndose en invasoras, así como analizar la dinámica de las invasiones históricas en un escenario que asume una continuación de las tendencias actuales.
El modelo predice un aumento del 36 % en el número de especies de plantas y animales exóticas en todo el mundo para el 2050 en comparación con los niveles del 2005 —año en que estaban catalogadas más de 35 mil—; y señala que serán los insectos, artrópodos y aves los que registrarán los mayores aumentos.
Asimismo, el estudio identifica altos niveles de variación entre regiones. El mayor incremento se espera en Europa, donde el número de especies exóticas aumentará en un 64 % para mediados de siglo, lo que significa alrededor de 2 mil 500 nuevos intrusos pronosticados.
Se prevé que los puntos calientes en otras zonas terrestres del planeta incluirán latitudes templadas de Asia, América del Norte y América del Sur, mientras que el menor aumento relativo de especies exóticas se espera en Australia.
No se vislumbra una reversión ni tampoco una desaceleración en la propagación de especies exóticas, por cuanto se espera que el comercio y el transporte mundiales aumenten en las próximas décadas, permitiendo que muchas especies se infiltren en nuevos hábitats como polizones.
El hecho de que el estudio vaticine que las especies exóticas continuarán agregándose a los ecosistemas a tasas elevadas durante las próximas décadas —al menos en algunos grupos de animales—, resulta preocupante para los autores, porque esto podría contribuir a que la biodiversidad padeciera dañinos cambios e incluso procesos de extinción, así como también a negativas repercusiones en la economía.
«No podremos evitar por completo la introducción de especies exóticas, ya que esto significaría severas restricciones en el comercio internacional”, afirmó el autor principal del estudio, el Dr. Hanno Seebens, profesor del Centro de Investigación sobre la Biodiversidad y el Clima de Senckenberg.
«Sin embargo, regulaciones más estrictas y su aplicación más rigurosa podrían ralentizar enormemente el flujo de nuevas especies. Los beneficios de tales medidas se han demostrado en algunas partes del mundo”, destacó el Dr. Seebens, quien es además el autor principal de la investigación. (Con información de sitios web Ecoticias, Notimérica y RT)