Elogiado por unos, criticado por otros, lo cierto es que el Decálogo del perfecto cuentista, ese breve texto que firma el uruguayo Horacio Quiroga, no ha dejado de ser fuente de consulta imprescindible para los interesados en el subyugante y difícil arte de narrar.
Nunca olvido uno de los consejos que el autor de ese relato antológico que es «La gallina degollada» entrega a quienes se aventuren las páginas de este decálogo: un cuento –escribe el maestro de la narrativa latinoamericana— es una novela depurada de ripios.
Máxima que perfectamente sustenta el libro que, bajo el sugerente título No mates a Mayakovski (Ediciones Loynaz, Colección Artis, Pinar del Río, 2018, 112 pp), reúne 17 cuentos que pertenecen a la autoría del también poeta Alberto Marrero Fernández.
Las narraciones agrupadas en este volumen cuentan historias que, ubicadas en tiempos y escenarios diversos, invitan al lector a cuestionar, indagar, reflexionar, en las realidades y problemáticas que acompañan al hombre en su relación con el mundo circundante.
Son textos en que Marrero Fernández, mediante tramas bien estructuradas y personajes inteligentemente concebidos, logra crear, en cada uno de los cuentos de la entrega, esa necesaria atmósfera que debe siempre subyugar al lector desde la primera hasta la última página del libro.
Sobresalen en el conjunto, narraciones como «La sangre de los pelícanos», por el ingenio demostrado al contar una historia de final insospechado, o como «Livio», por el convincente relato de la degradación de un hombre que no supo encontrar a tiempo el buen camino.
Otras piezas recomendables son «Ingrid», un juego entre lo real y lo fantástico; «Oscura gravedad», una radiografía de sentimientos y actitudes despreciables, y «Ballena azul», una insólita historia centrada en Alejandra y su obsesión por los cetáceos.
Certero el juicio del narrador Alfredo Galiano cuando, al comentar No mates a Mayakovski, se refiere a su poder de imaginación, su amplio universo temático, sus tramas apasionantes de engañosa sencillez, su estilo lacónico que no elude reminiscencias poéticas…
Este libro –concluye el también editor— confirma la consistencia del ejercicio narrativo del autor, de ahí que «se lo recomiendo al lector con palabras de Raymond Chandler, seguro de que encontrará en estas páginas “una especie de magia tenue, controlada y exquisita”».
Este no es el primer libro de cuentos publicado por Alberto Marrero Fernández (La Habana, 1956), pues antes habían aparecido, entre otros, Último viento de marzo (2005), Premio Nacional de Narrativa Hermanos Loynaz 2003, y Los ahogados del Tíber (2005), Premio Luis Rogelio Nogueras 2004.
En su bibliografía también aparecen varios poemarios, como El pozo y el péndulo (1994), Premio Pinos Nuevos 1994; La cercanía infinita (2005); El límite del tiempo abolido (2010), Premio UNEAC de Poesía Julián del Casal 2009, y Las tentativas (2015), Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén 2015.
Junto al cuento y la poesía, Marrero Fernández cultiva la novela y es autor de dos obras: La verdad que huye, aparecida este año 2020 en Panamá, y Agua de paraíso, galardonada con el Premio Nacional de Novela Alejo Carpentier 2019, actualmente en proceso de edición.
Los seguidores del cuento que se escribe hoy en Cuba podrán confirmar, con la lectura de los relatos incluidos en No mates a Mayakovski, no solo la vitalidad del género, sino también que Alberto Marrero Fernández es, sin discusión, dueño de los secretos del arte de narrar.
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