Los hechos sobre los presuntos “crímenes de lesa humanidad” con los cuales se insulta directamente a Venezuela y su gobierno se encuentran en este documento. Sin embargo, antes de emitir una declaración en Twitter acusando al gobierno de Maduro de “crímenes de lesa humanidad”, el gobierno de Trudeau obviamente no se esperó a leerlo o no quiso hacerlo. Esta celeridad no sorprende. El gobierno de Trudeau, en contubernio con Colombia —el notorio violador de derechos humanos de derecha— es el principal arquitecto del Grupo de Lima que se ha encargado de invocar de las últimas acusaciones contra Venezuela. El tuit del gobierno canadiense comienza con la frase “Canadá se inquieta profundamente …”
¿A qué Canadá se refiere? El problema es que la política exterior de Trudeau carece de legitimidad en Canadá y a nivel internacional. Pese a haber gastado millones de dólares y múltiples esfuerzos diplomáticos realizados por teléfono y en persona, la candidatura de Trudeau por un escaño en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sufrió una humillante derrota en junio pasado. Fue la segunda derrota de este tipo en los últimos años. Por consiguiente, el gobierno de Trudeau no está calificado para expresarse en nombre de los canadienses.
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: derrota y legitimidad de Trudeau
¿Cómo ocurrió esto? El Instituto Canadiense de Política Exterior publicó una petición en la cual suscribieron más de cien personalidades, organizaciones y otras firmas, tales como Noam Chomsky y Roger Waters (Pink Floyd).
Asimismo, 3.500 canadienses suscribieron a la carta abierta original que fue publicada en un medio de comunicación corporativo. La petición se intitula: “Canadá no merece ocupar un escaño en el consejo de seguridad de Naciones Unidas”.
Uno de los puntos de nuestra petición afirma: “Inspirándose en la política exterior de Trump, Canadá ha respaldado a las fuerzas reaccionarias en las Américas. El gobierno de Trudeau ha liderado actividades para derrocar al gobierno de Venezuela reconocido por Naciones Unidas, al tiempo que apuntala a gobiernos represivos, corruptos e ilegítimos en Haití y Honduras. Asimismo, Canadá ha sostenido los esfuerzos de las élites económicas y de los extremistas cristianos que recientemente derrocaron al presidente indígena de Bolivia elegido democráticamente.”
Otras organizaciones se sumaron al movimiento, como las organizaciones solidarias con Palestina. Así, este movimiento simplemente siguió ensanchándose. Las redes sociales, incluido YouTube, se utilizaron para llegar a todos los estados miembros de Naciones Unidas. El flujo de apoyo popular consiguió en gran medida deshacerse de los grilletes impuestos por los apologistas de Trudeau respecto de la política extranjera canadiense. Este no es un logro pequeño, dado que Trudeau ha sido cuidadosamente preparado en Canadá e internacionalmente como la figura del chico del cartel liberal. También fue muy alentador ver cómo la Cancillería venezolana utilizó sus cuentas de Twitter para plantear el tema de la candidatura de Trudeau en el ámbito internacional.
En cuanto el resultado de la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respecto de la candidatura de Canadá se anunció, este fue evaluado por comentaristas de casi todo el espectro político, tanto dentro como fuera del país, y se coincidió en que la causa principal de su bochornoso fracaso fue que la política exterior de Trudeau estaba en perfecta complicidad con la administración Trump. Tras esta derrota crítica, el gobierno de Trudeau no ha admitido la importancia de la votación. Un examen minucioso de la posición del gobierno de Trudeau sobre los asuntos internacionales indica que todo “sigue como de costumbre”. Canadá continúa reiterando los puntos que emanan de la administración Trump respecto de todos los asuntos de política exterior.
La política exterior de Trudeau: reevaluación fundamentalmente necesaria
No obstante, alentado por el éxito de nuestro trabajo y el de nuestros muchos socios en la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Instituto Canadiense de Política Exterior lanzó otra petición intitulada: “Para Canadá ha llegado el momento crucial de reexaminar su política exterior”, la cual fue firmada inmediatamente por muchos parlamentarios y exparlamentarios, así como por personalidades clave de la escena política canadiense. La petición afirma que “el rechazo del mundo a la candidatura de Canadá para ocupar un escaño en el Consejo de Seguridad constituye una oportunidad excepcional para examinar la política exterior canadiense”.
En el programa de 10 puntos cuentan los siguientes: “1. ¿Deberíamos tener una política exterior estimulada por Washington o una política exterior independiente? 2. ¿Por qué Canadá está involucrado en los esfuerzos para derrocar al gobierno de Venezuela reconocido por Naciones Unidas, una clara violación del principio de no intervención en los asuntos internos de otro país?”
Encuentro con el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Arreaza “en Canadá”: el gobierno de Trudeau no asiste
Entusiasmado por el movimiento, el Ministro del Poder Popular de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, fue invitado a participar en una conferencia Zoom organizada desde Canadá. El tema: “La injerencia de Canadá en los asuntos internos de Venezuela”. También se invitó a representantes del gobierno canadiense a participar en el evento del 20 de agosto, pero todos se negaron. Decenas de miles de personas se enteraron del evento a través de las redes sociales en Canadá, Venezuela y otros lugares. Cientos lo vieron en vivo y miles continúan viéndolo.
No podemos pretender hablar en nombre de “Canadá” sobre política exterior como lo hace Trudeau. Ni siquiera podemos afirmar que nuestra posición refleje las opiniones de la mayoría. Esto es de esperar, porque la gran mayoría de los principales medios de comunicación censuran nuestras opiniones, dejando al público en general desinformado. Sin embargo, cuando los canadienses tienen la oportunidad de conocer los hechos, el equilibrio cae a nuestro favor.
No en nuestro nombre
Cuando el gobierno canadiense afirma que “Canadá se inquieta profundamente …” por la situación venezolana, está hablando en su propio nombre y en el de Trump. Tras la votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el gobierno de Trudeau perdió toda legitimidad que pudiera haber tenido para hablar en nombre de los canadienses sobre asuntos exteriores. En contraste, según el trabajo del Instituto Canadiense de Política Exterior y otros, nosotros y otros canadienses de nivel popular tenemos más legitimidad que Trudeau. Y nuestra posición se fundamenta en el compromiso de no injerencia en los asuntos internos de las naciones soberanas y el respeto al derecho internacional, de acuerdo con los principios de Naciones Unidas.
Los venezolanos y los pueblos del mundo deben saber que Justin Trudeau no representa a Canadá. El Instituto Canadiense de Política Exterior, nuestros numerosos socios y las bases populares apoyan plenamente el derecho a la autodeterminación del pueblo venezolano y su gobierno electo. Sugerimos que Trudeau y la principal prensa canadiense lean el documento mencionado en el primer párrafo. No es demasiado tarde para que “Canadá” se distancie de la política de Trump abocada a llevar la violencia a Venezuela y la región circundante, justo en plena pandemia, con el fin de elevar a Venezuela al reino de la dominación liderada por Estados Unidos. La votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y sus consecuencias indican la necesidad fundamental de una reevaluación de la política exterior de Canadá. Podemos empezar por Venezuela. Estamos al borde de una posible intervención militar liderada por Estados Unidos contra el gobierno de Maduro. Es de considerarse.
*Arnold August. Periodista y conferencista canadiense. Contribuye con artículos en español, inglés y francés a los sitios web y publicaciones de América Latina y el Caribe, EEUU, Canadá, Europa y Medio Oriente. Ha escrito tres libros. Investigador del Instituto Canadiense de Política Exterior Twitter @Arnold_August Su sitio: www.arnoldaugust.com/index_sp.html
Acerca del autor
Arnold August, periodista y conferencista canadiense, es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999), Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU: ¿Qué ha cambiado? (2018). Es un colaborador de Trabajadores. Twitter: @Arnold_August FaceBook: Arnold August