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Cargando...Confesaba Antón Arrufat, en cierta ocasión, que «fiel al destino que me tracé en un momento, del que ya no conservo memoria, no he sido ni seré otra cosa que un escritor. Les pido encarecidas disculpas por mi insistencia».
Narrador, poeta, ensayista, dramaturgo, Antón Arrufat ha demostrado, a lo largo de varias décadas de ejercicio intelectual, que no se equivocaba al confesar que la escritura sería el centro de su vida.
Dos libros de reciente aparición –una novela y un volumen de ensayos— confirman el alcance de la obra creada por quien es considerado una de las voces más representativas de la literatura cubana contemporánea.
La caja está cerrada (Editorial Letras Cubanas, Colección La Novela, La Habana, 2018, 488 pp), ahora en su cuarta edición, apareció, por vez primera, en el año 1984, para así convertirse en la primera obra del género publicada por el autor.
La historia contada en esta narración, que se desarrolla en Santiago de Cuba, en las primeras décadas de la pasada centuria, presenta un nítido fresco de la vida urbana, política, familiar e íntima de los personajes que mueven la trama.
Esta novela –en opinión del narrador y ensayista Francisco López Sacha— es un clásico de la narrativa de la isla, una obra que ha conseguido lo que fue siempre el empeño de los grandes novelistas: crear un cuadro de época.
«La caja está cerrada se me presenta –también asegura— como una gran novela, entre otras razones porque implica una fuente de conocimiento cabal de lo que fue la república y de lo que fue Santiago de Cuba, en aquella época borrosa y oscura».
Autor de más de una veintena de libros, Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935) ha publicado, entre otras narraciones de ficción, la novela La noche del Aguafiestas y el cuaderno de cuentos ¿Qué harás después de mí?
En su bibliografía es posible encontrar, igualmente, títulos como el poemario Vías de extinción, la pieza para la escena Los siete contra Tebas y el volumen de ensayos El hombre discursivo.
Miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua, ha sido galardonado, entre otros reconocimientos, con el Premio Nacional de Literatura por la obra de toda la vida, otorgado en el año 2000.
Ha recibido, igualmente, los premios UNEAC de Teatro José Antonio Ramos, de Novela Alejo Carpentier, de Poesía Nicolás Guillén y de la Crítica Literaria, este último concedido en varias ocasiones.
Con selección y prólogo de Cristhian Frías, en El convidado del juicio (Ediciones Unión, La Habana, 2015, 392 pp) se reúnen, en tres secciones, una colección de ensayos de Antón Arrufat, escritos durante varias décadas de labor intelectual.
Estos textos, fechados desde los años 60 del siglo XX hasta los primeros lustros de la actual centuria, son ensayos, artículos, reseñas, donde el autor indaga, inquiere, reflexiona, sobre un vasto y rico universo.
Mediante un discurso inteligentemente estructurado, que se sustenta en un cabal conocimiento del tema abordado, matizado por la franqueza y la ironía, Antón Arrufat evoca a amigos, comenta obras, valora acontecimientos…
«El convidado del juicio –en palabras del narrador y ensayista Alberto Garrandés— deviene a su aire, a su modo, una autobiografía intelectual y sensorial, un memorial sesgado, lateral, indirecto».
En uno de los artículos antologados en este libro, el escritor asegura que «después de terminada la lectura de una novela, cerrar el libro es abrirlo de otra manera. Empiezan traslados físicos y geográficos, imaginaciones, virtualidades…».
Les aseguro que así también sucederá al concluir la lectura de La caja está cerrada y El convidado del juicio, estos dos libros de Antón Arrufat que permiten, indudablemente, confirmar la trascendencia de su obra en el panorama de las letras cubanas de entre siglos.
