La genuina aspiración de exportar, expresada por productores líderes, halló su canal de salida en la Estrategia Económico-Social para el impulso a la economía, que felizmente tiene identificadas las trabas y prohibiciones que la coartaron durante años.
Se abre como una autopista al sector no estatal, a quienes con perseverancia y apego estricto a la calidad han perfeccionado productos que pueden salir a la competencia a los mercados tradicionales, y ganar lugar para su realización.
Los que cuentan con ese adelanto, y las relaciones con entidades estatales autorizadas para la actividad de comercio exterior transitarán velozmente hacia horizontes lejanos. Quedará un trecho para los que ahora se preparan, porque lleva un proceso, quizás hasta de certificaciones, cuentas bancarias en USD de las cooperativas y otros trámites legales, para poner pie en el estribo del carro o el avión en que vuelan los precursores.
Me consta que una cantidad significativa de productores agropecuarios y de diversas ramas se han adelantado en el riguroso camino que exige la exportación: unos con los tradicionales tabacos, miel de abejas, cítricos o café, otros con artículos innovadores, por ejemplo, con los juguetes didácticos y la amplia gama de la marca Gabi & Sofi, que genera la cooperativa no estatal Decorarte, de Matanzas, y algunos hasta con productos ecológicos, muy bien remunerados y con gran demanda en el mercado exterior.
Ya circulan las primeras noticias, para asombro de muchos, de un campesino que, a través de la empresa Frutas Selectas, vende sus limones en España y sus aguacates en mercados europeos, lo que otros no han conseguido, aun con la aprobación para ejercer la venta en el exterior. Ese es el paradigma. En un reportaje publicado por Trabajadores están los detalles, algo así como la cartilla para la asignatura.
La producción de alimentos y la agroindustria azucarera y sus derivados ocupan el primer y segundo lugares de las áreas claves que concentran el esfuerzo principal de la estrategia, y donde está hoy el mayor potencial para la exportación, porque son las formas de gestión no estatales más antiguas y consolidadas, lo que no resta lugar a las de nueva formación. La calidad es aval, abre puertas.
La Resolución 315/2020 respalda jurídicamente el accionar de varios ministerios en pos de esta conquista. Exportar, para las formas de gestión no estatales, significa contar con dinero que respalde la adquisición de insumos, equipos y tecnologías para capitalizar los procesos productivos, aumentar sus cosechas (de cualquier rama), de lo que se supone, además, el mejoramiento de las condiciones de vida.
Sueños antiguos de esfuerzos y mucho sudor que no habían tenido un feliz final, para los cuales se abren no solo otros nuevos, sino el gran desafío de contar y ofertar productos de calidad exportable.
Las entidades de Comercio Exterior prestarán los servicios de exportación e importación a las formas de gestión no estatales con pagos respaldados en divisas, de lo que se deriva el incremento de la eficiencia en las relaciones económicas, comerciales y financieras, y la ampliación de sus líneas de trabajo.
La estrategia prevé, a partir de los resultados que se obtengan con las cooperativas no agropecuarias, la ampliación a todo tipo de cooperativas, y el trabajo futuro en una ley que regule este accionar.
Exportar y sustituir exportaciones, carretera de doble sentido, por donde transitan algunos de los objetivos más nobles de este desafío cubano para impulsar la economía en momentos en que un enemigo, esta pandemia de la COVID-19, ha horadado hasta las economías más sólidas del mundo. Un empeño, en el cual, nos va la vida.
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