Cargando...Holguín.— Centenares de historias alberga el estadio Calixto García. Algunas corren de boca en boca, otras se amontonan en viejas páginas de periódicos. Un lustroso puñado, robustecido con medallas, trofeos y recuerdos se muestra orgulloso en el Museo del Deporte, asentado en las entrañas de la instalación beisbolera, y listo para ser degustado por todo el que desee beber una porción del legado atlético de este territorio.
“Nuestra función más importante es divulgar y atesorar el patrimonio deportivo de la provincia”, asevera Sara Zulema Muguercia, directora del recinto, mientras nos conduce hacia un grupo de vitrinas repletas de premios y galardones.
“Recibimos muchas visitas. De escuelas primarias cercanas, también de estudiantes universitarios. Hemos contado con la presencia de historiadores, glorias deportivas, del presidente del Inder e incluso del mandatario cubano Miguel Díaz Canel”.
Añade la especialista que luego de 41 años de creado, el centro de exposición luce bien, muestra del cuidado y la entrega de los cuatro trabajadores que aúnan esfuerzos para mantener esa joya.
“Atendemos al público de martes a viernes, de ocho de la mañana a cinco de la tarde. Incluso cuando está en desarrollo la Serie Nacional de Béisbol mantenemos nuestras puertas abiertas”.
La especialista señala orgullosa algunas reliquias. Resaltan el trofeo ganado en la lid doméstica de pelota del 2002, y prendas de vestir de atletas legendarios.
“Las piezas de los holguineros olímpicos despuntan. Medallas del boxeador Mario Kindelán, la judoca Legna Verdecia, el taekwondoca Ángel Valodia Matos, el decatlonista Leonel Suárez y varios deportistas paralímpicos nos enorgullecen. Ellos donaron sus preseas. Es un honor custodiarlas y mostrarlas al pueblo”.
Aclara Zulema que las exposiciones se realizan de acuerdo a un guión museológico cuyas características oscilan entre cinco y diez años en correspondencia a su importancia, aunque se renuevan las muestras transitorias, sin olvidar que algunas se pueden hacer visibles en instituciones educativas.
“Queremos seguir recibiendo preseas, y objetos de valor sentimental. Los holguineros están ansiosos de nuevos logros de sus atletas. Aquí estaremos para recibirlos y cuidarlos. Es nuestra encomienda y la realizaremos con mucho gusto”.
Adentrarse en el Museo del Deporte holguinero es palpar una porción de su glorioso pasado. Apreciar un puñado de sus conquistas enorgullece e inspira. Espacios así enaltecen la rica tradición que atesora Cuba en materia atlética.
