Así llueva, truene y relampaguee habrá elecciones legislativas en Venezuela el próximo 6 de diciembre, según proclamó el presidente Nicolás Maduro.
La frase tiene sus destinatarios, internos y externos. Está dirigida a los más de 14 mil nominados, por parte de las organizaciones políticas, a diputados y diputadas a la Asamblea Nacional, en proceso que se extendió desde el primero de julio hasta el 4 de septiembre.
“Del universo de postulaciones esperadas por parte de las organizaciones con fines políticos, es importante señalar que fueron presentadas más del 90 por ciento de las mismas“, destacó la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Indira Alfonzo.
La funcionaria subrayó que el cronograma electoral mantiene “la búsqueda del equilibrio entre la proporcionalidad y la nominalidad”, por lo que recordó que el 52 % de los curules serán elegidos bajo el método proporcional y el otro 48 % por la vía nominal.
También enfatizó que para este proceso electoral, el número de cargos a elegir se incrementó en 66 por ciento respecto a las elecciones anteriores, pues los legisladores pasarán de 167 a 277, de los cuales 144 irán por lista proporcional y 133 de elección nominal.
Alfonzo reiteró asimismo que un total de 107 organizaciones con fines políticos participarán en los comicios parlamentarios de los cuales 30 son organizaciones de carácter nacional, 53 de carácter regional, seis son organizaciones indígenas nacionales y 18 organizaciones indígenas regionales
“Mientras otros sancionan, el Consejo Nacional Electoral venezolano sigue construyendo y consolidando uno de los sistemas democráticos más sólidos de la región”, reprochó antes de leer un comunicado del ente comicial en el que rechazó las medidas coercitivas impuestas por el Gobierno de Estados Unidos a miembros del poder electoral.
Y para el gobierno de Donald Trump va también el mensaje del presidente Maduro. Y junto a Washigton sus quintacolumnas en Venezuela, léase el autoproclamado presidente Juan Guaidó y la cohorte de agrupaciones y miembros de la derecha que boicotean los comicios y una salida pacífica y constitucional al conflicto político en el país sudamericano.
Guaidó no vive su mejor momento, luego que una parte de la oposición decidiera postularse y luchar puestos en el Parlamento.
Tampoco cuando el gobierno bolivariano decidiera indultar a decenas de diputados y dirigentes opositores detenidos bajos graves cargos, en un gesto por facilitar el ambiente y la participación electoral.
En las filas de Juan Guaidó hay evidentes fisuras, tanto por el manejo irregular de recursos robados al Estado como por el fracaso de su alineamiento con la Casa Blanca y los aprestos por derrocar a Maduro a como dé lugar
Henrique Capriles, excandidato presidencial dos veces, exgobernador de Miranda y con un expediente en el que no se le puede tachar para nada como agente chavista, negoció con el gobierno el indulto e instó a la oposición a dar la batalla en las urnas.
La pelea se da peleando, afirmó Capriles, en franco desencuentro con la línea de Guaidó, quien junto a Estados Unidos y otros gobiernos que siguen a Washington desconocen las condiciones para que se realicen las elecciones.
Por el lado contrario, las autoridades bolivarianas invitaron a la Organización de Naciones Unidas y a la Unión Europea a participar como observadores de los comicios, en los que no deberá tener presencia la Organización de Estados Americanos, pues ya se sabe bien cómo avaló el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en Bolivia.