La casa más importante del barrio está de cumpleaños: el Joven Club de Computación y Electrónica. Un día como hoy, ocho de septiembre, hace 33 años, se inició en el país un programa con el objetivo de incorporar de que toda la comunidad tuviera oportunidad de acceder al dominio y conocimiento de las nuevas tecnologías.
Para placer de niños, jóvenes y adultos, el Joven Club de Computación Cerro 4 ha sido espacio durante años para el aprendizaje y el esparcimiento. Ahí han recibido cursos de los más diversos programas de computación y se ha mantenido activo el club de las abuelas y abuelos que no han tenido barreras para aprender. Ha sido también escenario de actividades culturales y políticas.
Recién restaurado, resalta en la Avenida Independencia, en el reparto Martí. En espera de que la COVID-19 permita que se reanuden sus actividades, hoy desde su puesto, el joven Alejandro Ruíz Madruga, instructor del centro, apunta que se encuentran promocionando las medidas higiénico-sanitarias para combatir la epidemia: “insistimos en el aislamiento social, el uso del nasobuco y el agua clorada”.
El Jovenclub en las comunidades no solo ha servido para informatizar a la sociedad, sino también para educar a la población, para dar atención a niños con necesidades educativas especiales y para atender al adulto mayor que aún está con plena capacidad de aprender. Un ejemplo dentro de la comunidad.
Nuestro joven Club ha desarrollado actividades de apoyo a la comunidad, cursos, servicios y actividades que han sido de gran aceptación. Felicitaciones compañeros
Felicidades a ese grupo tan importante que dedican su jornada laboral para la instrucción de lo adolescentes y jóvenes que desean empeñar su vida en las ciencias informáticas un abrazo fuerte y sigan marchando que el joven club de computación del marti va por más un aplauso fuerte.
Felicidades por su trabajo comunitario y por el apoyo para el proceso de informatización de la sociedad