Los brotes de la COVID-19 vinculados a centros laborales complejizan el control de la pandemia en el país, una tendencia de los últimos días a la que se sumó Matanzas, para complicar aún más el panorama en el occidente.
El paso estable de la provincia lo cambió la tienda Santa Marta, situada en la demarcación del Consejo Popular homónimo, donde el SARS-CoV-2 ya afectó a 11 de los 24 integrantes de la plantilla, a la vez que junta eslabones de una cadena de contagios que deja ya un saldo de 40 enfermos (hasta el pasado viernes), un episodio con ramificaciones en familiares, vecinos; y en la economía.
Situado en la calle Libertad, entre el cine Hicacos y la Cadeca, la gran demanda suscitada por los productos del establecimiento de Tiendas Caribe atraía un gran número de clientes, tanto locales como de otras regiones, lo cual obligó a profundizar en la búsqueda de qué personas acudieron en los días del brote. A ello se unió la pesquisa con población de las 15 manzanas próximas al centro comercial y la realización de pruebas de PCR. “Solo dos casos han salido aquí”, respira un poco aliviada Yenicet Chávez Rodríguez, directora del policlínico Ramón Martínez.
Esa sensación le está negada a Mirtha Sánchez González, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Cárdenas. “En cuarentena modificada está el reparto Fructuoso Rodríguez, y en cuarentena total un área de esa misma barriada, dos edificios en el reparto 13 de Marzo, dos cuadras del Consejo Popular Versalles y otra cuadra de la Marina”, refiere con evidente pesar. “También afectó la finca El Resplandor, en el poblado Humberto Álvarez”.
De una comunidad a otra la progresiva dispersión de la enfermedad en la urbe conocida como la Perla del Norte, impidió reanudar el curso escolar en sus 67 centros educacionales, uno de los perjuicios de un panorama que, para ser modificado, precisa de la colaboración de contagiados, contactos y sospechosos, de la honestidad de estos en las encuestas, y también del despliegue de recursos, algo que la nación antillana no escatima en tiempos de dura realidad financiera.
En medio de tan peligroso contexto, la Inspección Sanitaria Estatal de los últimos días dejó al descubierto el mal o no uso de la mascarilla, y la falta de baños podálicos, por citar dos de las irregularidades detectadas en algunos de los más de 100 colectivos laborales, penados con multas de 150 a 300 pesos, manifestó Yusmany Osa Rodríguez, director de Salud en Cárdenas.
Para Osmar Ramírez Ramírez, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en predios yumurinos, “resulta esencial el desempeño de las organizaciones sindicales en la base, para exigirle a la administración observancia en la rigurosa aplicación de los protocolos de bioseguridad y, muy en particular, en la calidad de las pesquisas, a veces ausentes, a veces para salir del paso”.
Fruto de la iniciativa del Consejo de Defensa Provincial la certificación de centros saneados, emitida por Salud Pública, y una suerte de declaración jurada de no presentar síntomas gripales para incorporarse al puesto laboral, forman parte de un paquete de medidas con total vigencia. “Aplicarlas es lo que toca”, exhorta Osmar.
Convencida de un inmediato cambio en los modos de entender y gestionar la seguridad y salud en el trabajo, Isdalis Rodríguez Rodríguez, al frente de la esfera de Asuntos Laborales y Sociales en el Secretariado Nacional de la CTC, domina al dedillo que unos empleados se exponen más que otros al contagio de la pandemia, tal es el caso de los que ocupan plazas de prestadoras de servicios como en las tiendas.
En esos sitios, acotó, el fenómeno de las colas demanda, de las direcciones administrativas y sindicales, un diseño para el verdadero respaldo de las normas de bioseguridad, donde mucha falta hace auxiliarse de convenios con Salud Pública para seguir protegiendo la salud de los hombres y las mujeres de esos establecimientos.
Si presenta fiebre, si está acatarrado, cumpla con el deber de ir a un centro hospitalario, tan sencillo como eso, reitera la doctora Yenicet, y alerta: “El mensaje de la tienda Santa Marta está más que claro”.
Saludos Geisa del Carmen Martínez Sotés. Hay que seguir reflexionando sobre este tema. Hay directores aún ignorando ser ellos los responsables de la salud y seguridad del trabajo. Ellos deben responder por esto. Si en un centro de trabajo se produce un brote por negligencias, debieran adoptarse severas medidas. Lo ideal sería no imponer sanciones y que todo el mundo cumpla los protocolos. Como ha dicho el Presidente cubano, lo importantes es la pesquisa diaria, para aislar de inmediato y evitar transmisión. Disciplina y responsabilidad de todos, es lo que toca.
Gracias
Es muy lamentable qie sean los centros estatales los que pongan más tensa la cuerda.Es que olvidamos que el Estado es quien más sufre las consecuencias?Claro los enfermos y familiares a curarse pero luego que respondan por sus negligencias ok?