Desde que se graduó de técnica en Frutales hace 40 años Odalis Gómez Batista labora en la Empresa de Frutas Selectas de La Habana y no recuerda haber tenido antes tanto trabajo como en estos meses de pandemia.
Como responsable del control de la calidad, ella extraña frutos exóticos como el níspero o el marañón, que ya no llegan a la unidad empresarial de base (UEB) Diseños Tropicales, en la apartada localidad habanera El Chico, en Boyeros, pero igual siente la utilidad de preparar los envíos de otras frutas, viandas y vegetales que reciben alrededor de una veintena de instituciones hospitalarias y del turismo, así como otros trabajadores que cada día enfrentan los estragos de la COVID-19.
Esta entidad comercializadora de la Agricultura que habitualmente proveía parte de la demanda de productos agropecuarios frescos, secos, congelados, en conserva y prempacados para el sector turístico, ahora hace llegar alimentos a sitios tan importantes como el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, los hospitales Nacional, Manuel Fajardo, Oncológico y Hermanos Ameijeiras, o el centro internacional de salud La Pradera, por citar algunos ejemplos.
También le venden ahora a la población en el Mercahostal del municipio del Cerro, perteneciente a esa misma UEB, que abrió hace alrededor de tres años con una línea de procesamiento de vegetales para suministrar a trabajadores por cuenta propia que poseen negocios de arrendamiento de vivienda y servicios gastronómicos en apoyo al turismo.
“Ante la necesidad de la nación se nos autorizó a cambiar nuestro cometido, y ahora le ofertamos a diario al público de la zona productos de buena calidad, con la debida organización de la cola y el control de las medidas de higiene en el área de venta”, explicó Zoraida González Arévalo, una de sus dependientes.
Esta reorientación de su mercado no solo es provechosa para el país, sino que también ha tenido un impacto positivo en los indicadores de la entidad. Según informó Juan Enrique González Periut, director de la UEB Diseños Tropicales, hasta el cierre de julio reportaban un sobrecumplimiento de sus ventas en pesos cubanos y pesos convertibles de un 6 y un 8 %, respectivamente, con más de 12 millones 200 mil pesos comercializados en ambas monedas.
Es cierto, no obstante, que sus ingresos planificados hasta julio no rebasaron el 98 % de lo previsto, pero ello obedeció a una solicitud del Ministerio de Turismo para extender los cobros de 60 hasta 120 días, en atención a la situación que atraviesa ese sector, explicó el director. Con una cantidad superior a los 300 contratos que agrupan a más de 50 formas productivas, la UEB cumple, sin embargo, sus compromisos con todos sus proveedores. “El pago a los productores es sagrado”, enfatizó González Periut.
Aunque en cifras modestas en volumen total, la entidad también halló un nicho importante para exportar en nuestras propias fronteras, al suministrar sus productos a buques mercantes, cargueros y plataformas que anclan en el puerto del Mariel, lo cual les permitió ingresar el equivalente a más de 17 mil 800 dólares, en sintonía con la estrategia económica de captar divisas frescas.
Este colectivo de apenas 107 trabajadores sobresale así entre los pertenecientes al Sindicato Nacional de Trabajadores Agropecuarios, Forestales y Tabacaleros, por el impacto económico y social de su gestión, que no descuida la atención a sus integrantes, incluidos 17 que por razones de su edad o padecimientos crónicos, permanecen protegidos en sus casas como consecuencia de la trasmisión del nuevo coronavirus en la capital.
“Esta es una buena tropa, hacemos todo lo que haga falta”, había dicho ya Odalis Gómez Batista, mientras sus jóvenes trabajadores rellenaban con viandas, frutas y vegetales cientos de cajas que recibirían personas agradecidas, en algún lugar de La Habana.