Clases, contra vientos y COVID

Falta  poco  para  que  la  lancha, colmada  de  sus  pasajeros  más  preciados, esos infantes uniformados, esta vez protegidos con nasobuco, vuelva a  transitar cada  mañana  la  ribera  del  lago  Hanabanilla,  hasta  donde  están las escuelas del lomerío.

Ese trayecto, trunco durante meses  debido al impacto de la COVID-19, se retoma ahora para llenar de risas y ocurrencias los amaneceres de esta parte intrincada de  la  geografía de Villa  Clara,  pero no es ello lo único que se recupera con el reinicio del curso escolar.

Al paisaje de  la montaña le ha  faltado la  bandera  cubana  ondeando en varios puntos  y  el  busto  de  José Martí lleno de flores silvestres, expresó el máster Lester Guevara Alfonso,director municipal de Educación  en  Manicaragua,  quien  vio  en  peligro el  reinicio  del  curso escolar en  el territorio, primero por los  rebrotes de la pandemia en la zona, y luego  por  las afectaciones que provocó  la tormenta tropical Laura en instalaciones docentes de esta parte del macizo Guamuhaya.

Sufrieron  daños  nueve  instalaciones  educacionales, tres  de ellas  con  perjuicios  severos: el  Centro Mixto Mártires de Chile y el  seminternado Obdulio Morales Torres, ambos de Jibacoa,  así  como  la  escuela  primaria  Josué  País García, en la cabecera municipal. La rápida recuperación se logró por el esfuerzo de  los  trabajadores del sector, el  apoyo de  las  familias  y de  las entidades del municipio, además se contó de inmediato con todos los recursos, precisó el directivo.

Durante  los  días  posteriores  al  fenómeno meteorológico en cada plantel se recogieron los  escombros,  podaron  los  árboles  partidos,  limpiaron las  aulas, pusieron a secar los medios de enseñanza afectados por la humedad. Se hicieron también labores  de  carpintería y  albañilería con el propósito de restablecer lo deteriorado por esta tormenta, que aunque fue menos severa, hizo estragos.

En  Villa  Clara, según  declaró  el  doctor  Lien O’Farrill, director  provincial  de  Educación,  no  reiniciarán  el  período  lectivo 21  escuelas, 18  en  Camajuaní  y  tres  en  Mataguá,  Consejo Popular perteneciente a   Manicaragua, como consecuencia de  haberse  establecido en  esas  zonas la cuarentena por el rebrote del contagioso  virus. Esto  implica que alrededor de 4 mil 800 estudiantes no se incorporarán  a los estudios mientras dure el aislamiento; incluidos los que cursan el nivel de técnico medio; el preuniversitario de Ciencias Exactas de estas comunidades confinadas.

La añoranza de una maestra

Geidy  Medina  Hurtado  está  en  su  aula  de  cuarto grado  de  la  escuela  Josué  País  García,  en  su  mirada  es  visible  su añoranza. Todo  está  ordenado  en  espera  de  escribir  números  y  letras en la pizarra. Ella confesó haber aguardado con  ansias este  comienzo.

Mi  primera  clase  será  de  Matemática, contaremos los días que estuvimos distanciados, tengo  necesidad  de  enseñar. Las nuevas condiciones me imponen  mayor  cuidado con el  grupo por  el distanciamiento  entre  ellos,  el  uso  del  nasobuco  y  la  higiene de las  manos;  me he preparado mentalmente para cumplir con todas las medidas establecidas,  dijo  confiada,  aunque  sabe  que su corazón estará estremecido mientras sus alumnos tengan oculta la sonrisa.

Esta maestra lleva 24 años frente a un aula, su experiencia es valiosísima  en el  momento  actual.Estamos  preparados, recibimos capacitación metodológica  para  culminar los contenidos,  realizar los seminarios  integradores, la  reorganización de  los  grupos  ha  sido  bien  modelada  y  eso  nos da mucha garantía, concluyó.

Cuando todo comience

Cuando  se  reinicie  el  curso  escolar  en  Manicaragua  la lancha  hará escala  en  cada una de las  imaginarias paradas a lo largo de todo el borde del lago intramontano.  Alrededor de 70  banderas  cubanas  ondearán  en  ese  paraje, se escucharán las  notas  del  Himno de Bayamo y el busto de Martí de cada  uno  de  esos  planteles  estará  cubierto de flores.

Ante ese espectáculo  conmovedor la tormenta Laura será historia, y  la  COVID-19  tendrá  que  detener  su contagio e inclinarse ante las miradas dulces de los estudiantes y la integridad  de los educadores,  porque sin duda, la escuela es el mejor lugar de Cuba donde se hace el bien y se curte la nobleza.