Por su tamaño sirven para repartir ensalada por el barrio y terrenos colindantes. El tema es que nacieron en el organopónico ubicado en la avenida Carlos J. Fínlay, de esta ciudad, y resultan la tentación de los vecinos y orgullo de sus trabajadores.
Con certeza Onel Batista Ávila, el administrador, no conoce el nombre de la variedad. Más una búsqueda en Internet me lleva a decir que no hay nada más parecido a estos ejemplares tuneros que el pepino largo de China. Según él, algunos clientes de Guinea, África, que lo visitaron, le dijeron que allá habían visto frutos como estos.
“Sí, ha sido una buena y noble cosecha. Pesan entre cinco y siete libras y en 50 días ya tenemos la cosecha. Esta siembra es para recoger la semilla, pero antes de que acabe el año ya lo estaremos comercializando, aunque puede que de estos vendamos algunos. Todavía nos quedan unos días para recogerlos”, dice Onel y muchos curiosos no salen del asombro ante los “pepinos gigantes”.
Mis indagaciones, por cierto, me “redescubrieron” al pepino. Esta planta, Cucumis sativus, pertenece a la familia de las cucurbitáceas, se describe como un tipo de melón y es “pariente” de la sandía, el calabacín y la calabaza. Originario de Asia del sur es una de las hortalizas más cultivadas del mundo y uno de los mejores alimentos para la salud general. Rehidrata el cuerpo y ayuda, en climas secos y calurosos, a normalizar la temperatura corporal.
Su agua tiene efectos diuréticos y también ayuda a eliminar cálculos renales y las toxinas, mientras comerlo fresco aporta las cantidades diarias que necesitamos de vitaminas A, B y C, con lo que se refuerza el sistema inmunológico y nos mantiene enérgicos. Los especialistas afirman que combinado con espinacas y zanahorias son potentes aliados para una dieta saludable y positiva.
Y con estos pepinos hay ensalada para una semana… ¡o más! Una buena y exótica cosecha la del organopónico, que también mantiene una oferta estable de quimbombó, cebollín, ajíes, ajo de montaña y frijolitos de ensalada. Buen trabajo el de Onel y sus obreros.
(Tomado de Periódico 26)
Aunque se le llama peppino y es de la familia de las Cucurbitaceas, no es la especie del pepino comón o cucumis melo. Es una variante de la especie Lagenaria siceraria, la misma que se utiliza para hacer chekeres o guayos, que tambien pertenece a la familia de las Cucurbitáceas