En medio de una reparación capital a las máquinas e instalaciones del taller para garantizar la continuidad y excelencia del servicio, y a pesar de la situación epidemiológica actual, la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Mantenimiento y Reparación de Equipos de Bombeo, ha logrado incrementar la cantidad de reparaciones anuales que se realizan a mecanismos sumergibles, cloradores, residuales, bombas horizontales, verticales, compresores de aire, entre otros que abastecen a los sistemas de acueductos del país.
Según el Ingeniero Gerardo Pérez Álvarez, director de la entidad, ni la COVID-19 menguó las labores de los trabajadores. Por el contrario, estas se intensificaron y se extendió la jornada laboral para cubrir la ausencia de personal en riesgo que fue confinado en sus hogares y satisfacer la demanda de la población por un recurso tan vital e inaplazable como lo es el agua. Como consecuencia, en el transcurso del presente año, las reparaciones alcanzaron su cúspide, con cerca de 600 equipos de bombeo arreglados.
Sin embargo, el proceso de reacondicionamiento suele ser largo y tardar alrededor de una semana. Este comienza por la recepción y defectación del equipo y transita por la limpieza, pintura hasta culminar con el dictamen técnico. El promedio de arreglos oscila sobre los 60 equipos mensuales, en dependencia de la envergadura de los mismos y la rotura en cuestión, acorde con Pérez Álvarez.
Gianni Marrero Pérez, enrollador mecánico con casi una década de trabajo en esa unidad, corrobora que se necesitaba al menos tres días para enrollar un motor, utilizando aluminio, fibra, y otros materiales.
Aún así José Armando Sánchez Lesmo, director técnico de la Empresa de Mantenimiento y Reparación a Obras Hidráulicas (EMROH), a la cual se subordina esta UEB, aseveró que desde 2016 hasta la fecha, la instalación ha experimentado un crecimiento en su producción de más del 70 %. Ello cobra una importancia mayor al considerar que del total de aparatos que sufren una avería en los acueductos cubanos, la UEB se encarga de la mitad.
La Ingeniera Cosset Torres Tondike, vicepresidenta primera de la Organización Superior de Dirección Empresarial (OSDE) Agua y Saneamiento, acotó que la EMROH es una de las 29 entidades que la componen la OSDE, y que además de dedicar esfuerzos al mantenimiento de plantas potabilizadoras y de tratamientos residuales, la empresa también posee una UEB en Sancti Spíritus que fabrica y repara paneles eléctricos.
Aunque el procedimiento estandar de la UEB consiste en el establecimiento de contratos directos con las empresas de acueducto, no por ello deja de atender sectores priorizados como el de la agricultura, la educación y la salud. Con un alcance nacional, se encarga del mantenimiento de casi 4 mil estaciones de bombeo desde su puesta en marcha en 2012. Entonces, solo contaba con un taller inicial emplazado en Mayabeque, al que se sumó en 2019 otra instalación en Camagüey que atiende en su mayoría la región oriental de la Isla.
Asimismo, el pasado año fueron conformadas tres nuevas brigadas de servicio, dos de ellas para ocuparse del montaje y mantenimiento a instalaciones de cloración, -las que se localizan en las ciudades cabeceras provinciales- y la tercera para hacer lo propio con dispositivos de bombeo in situ, fundamentalmente, en las plantas potabilizadoras de agua. De hecho, un área específica para la reparación de hipocloradores fue habilitada igualmente.
El 2019 trajo consigo un cambio de mentalidad y en la manera de operar con estas roturas que ya ofrece sus dividendos. Al implementar un programa de recuperación de artefactos de bombeo e hipocloradores, remplazando solamente el motor dañado en lugar de importar las máquinas en su totalidad, se extendía así su vida útil a la vez que se ahorraba en recursos y se optimizaban estos.
Con la compra de kits de reparación de hipocloradores se evitó el gasto innecesario de 275 mil euros, puesto que los kits tienen un costo de aproximadamente 150 euros, mientras que los hipocloradores deben ser adquiridos a un precio de mil euros. Ya han sido retornados a su labor una centena de estos últimos. Igualmente, el mencionado programa de sustitución de componentes posibilitó ahorrarle al país 720 mil euros, acorde con Sánchez Lesmo. Todo, para ofrecerle a la población una mejor calidad de vida y una mejora en el abasto de agua.
Estimados Compañeros Presidente, Primer Ministro, compañeros Machado Ventura y Valdés Mesa y también a los estimados compañeros de Unidad Empresarial de Base (UEB) de Mantenimiento y Reparación de Equipos de Bombeo:
Motivado por el reportaje de televisión de ayer 2 de agosto, debo decirles que aquí en Camagüey, en la Empresa d Acueductos y Alcantarillados, hubo de ampliarse el taller de enrollado que existía para convertirlo en un taller de uso nacional. Tuve el honor de que me invitaran a trabajar en el Taller, pero cuando me lo dijeron, lo único que me vino a la mente decir fue: “Es que no me gusta trabajar en los hospitales o cementerios, me gusta trabajar como médico de familia”.
Compañeros, lo que les quiero decir es lo siguiente: que no debemos alegrarnos para nada de los “logros” y de la “falsa eficiencia” de re-enrollar anualmente miles de motores eléctricos, invirtiendo nuestros recursos en talleres de enrollado y sus caros materiales, en vez de hacer eficazmente lo correcto, que es la re-protección de la inmensa mayoría de nuestros aproximadamente 7 136 motores eléctricos instalados y funcionando en los sistemas de abasto de agua potable y de albañales en todo el país, que incluye las bombas impulsoras de abasto y de albañales, equipos de potabilización en las potabilizadoras grandes, hipocloradores de las comunidades, equipos de donación para potabilizar agua en las comunidades, los motores de las máquinas herramientas de los talleres propios del INRH y otros más.
Aclaro que alrededor del 2009, se adquirieron e instalaron unos 3 500 hipocloradores que tienen un pequeño motor eléctrico (salieron en el reportaje del noticiero), y los mismos se instalaron ineficazmente sin protecciones porque no se les compraron. El porciento de motores quemados observado por mí en el INRH es del 20 % de motores dañados anualmente con respecto a los instalados. Si todos los motores están bien protegidos, ese índice no sería mayor del 5 %, lo que para este organismo nacional no pasarían de los 300 motores quemados al año. Vemos que el artículo informa unos 600 motores reparados en menos de 7 meses en un solo taller.
De acuerdo con mis cálculos hechos en una sola moneda, solamente para la provincia de Camagüey, una inversión en protecciones eléctricas y sus paneles para la mayoría de sus 717 equipos instalados, no baja de los
335 553,00 USD. Si pudiéramos ahorrar los valores de los gastos en recursos para el enrollado, transporte de las brigadas de mantenimiento, combustible y la energía para el secado, que fueron recopilados por mí, necesarios para enrollar los motores que se queman aquí en esta provincia, el total sería de unos 38 000,00 USD anuales, tendríamos un curioso resultado y que es que podríamos amortizar en menos de 9 años, normalmente, todas estas protecciones que bien mantenidas duran 20 años o más. Este mismo tiempo de amortización sería el necesario para recuperar una súper-necesaria inversión de aproximadamente unos 12 millones a 14 millones de USD para proteger correctamente todos los motores eléctricos del INRH de todas las provincias. Aquí no están incluidos: lograr la plena satisfacción de la población al no fallarle el agua y evitar que se puede dejar de producir en valores, muy difíciles de medir, por la falta de agua en poblados y comunidades que generan esos costosos motores quemados. Esto también trae problemas hidráulicos y mecánicos también, porque al quemarse el motor de una bomba idónea adquirida por un proyecto bien hecho, ponen la bomba que aparezca para suplir el abasto interrumpido, produciéndose problemas de gastos de energía adicionales y deterioros en los impelentes de las mismas. Solamente en una sola provincia (Camagüey) por este concepto he podido recopilar y calcular pérdidas anuales de energía eléctrica de unos 26 839,00 USD.
Compañeros: Esto de la proliferación de talleres de enrollado es una sola de las muchas consecuencias que hemos podido concluir a manera de reiteración en Cubadebate y en otros medios, aparte de que las hemos estamos comunicando a otras entidades, y luchando personalmente contra todo estos problemas desde el 1979 hasta la fecha, capacitando a los electricistas con conferencia y cursos, que fueron resumidos en un libro llamado Manual de Recomendaciones Prácticas Eléctricas, publicado en el 2000 por la Editorial Científico Técnica. Para revertir la situación, reitero que debemos resolver esto de inmediato (preferiblemente en este orden):
• Unificar de inmediato las monedas y regular los precios. Esto trae aumento de la producción y del poder adquisitivo de todos los profesionales y obreros calificados, lo que los ayuda a garantizar su estancia en esos lugares estratégicos para nuestra Economía.
• La falta del apoyo subjetivo y material para trabajar a la inmensa mayoría de nuestros profesionales y obreros calificados, por parte del Estado y de los cuadros.
• Que no existe en la mayoría de nuestros Ministerios y empresas un trabajo correcto de exigencia con conocimiento para la implementación de métodos correctos (en todas las especialidades) y la planificación necesaria para adquirir estos recursos para repuestos, e insumos no solamente para la parte eléctrica, sino también para la parte mecánica (Mantenimiento Preventivo Planificado- MPP). Si los más de 25 Lineamientos que hablan del MPP estuvieran aplicados, esos talleres casi no serían necesarios pues los daños a los devanados de los motores serían mínimos. Los planes que ejecutan los Médicos de Familia con las personas, equivale a lo que se debe hacer preventivamente con la implementación total del MPP a toda la maquinaria mecánico-eléctrica del país.
• Que todas las garrafales pérdidas energéticas (no sólo estas, pues hay muchas más computadas por mí en el INRH) no se pueden detectar por nuestros contadores y economistas, a causa de no existe una contabilidad en una sola moneda, de la que también carecen todas nuestras empresas estatales y no estatales.
Como siempre quedo a la disposición de ustedes, y les dejo mis coordenadas para alguna o aclaración, en este organismo o para cualquier otro que pueda haber conocido durante mi trabajo de 47 años como ingeniero investigando (e innovando también).
MsC., Ing. José Luis Amador Vilariño
(Ingeniero eléctrico, graduado en la especialidad
de Energía en el 1972 en la UCLV)
Teléfono: 32-297339
E-Mail: jlamador48@nauta.cu
Dirección: San José # 741, Camagüey