Por Yaima Puig Meneses / Presidencia de Cuba
El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, inició su jornada de trabajo este jueves en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), donde inauguró una Planta de Producción de péptidos sintéticos, con la cual se amplían en el país las posibilidades de producir medicamentos por la tecnología de síntesis química a nivel industrial.
El hecho, en medio de las actuales complejidades que vive Cuba, fue considerado por el Jefe de Estado como una expresión de la estabilidad con que pueden funcionar nuestro sistema de Salud, y de manera general el país, a pesar de los efectos que tiene la pandemia de la COVID-19 y de la agresión del vecino del Norte.
Una clara evidencia, además, de que “todo eso es posible cuando hay un capital humano, como el que ha formado la Revolución y que está en estos centros de investigación”.
Aquí asistimos a la concreción de un proyecto que se estaba gestando desde hace algún tiempo y que en medio de estas circunstancias no se paralizó, comentó el mandatario en breves declaraciones a la prensa, tras recorrer algunas áreas de la instalación. Esta manera de actuar, dijo, tiene mucho que ver con la genial idea que tuvo Fidel de promover y estimular, en los difíciles momentos del Periodo Especial, el desarrollo del Polo Científico, que con el devenir de los años se consolidó en el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmaucética de Cuba (BioCubafarma).
“Eso ha quedado en el tiempo como una fortaleza y se ha incorporado a la disciplina, a la cultura de trabajo del país, y en particular de esta prestigiosa institución”, subrayó. Unido al enfrentamiento a la COVID-19, nuestros científicos han seguido avanzando en todos estos proyectos, uno de los cuales es la culminación de esta planta, “que nos da soberanía, nos facilita no tener que estar importando, y ese es el camino que vamos a seguir transitando”, aseguró Díaz-Canel.
De ahí su insistencia en la necesidad de “continuar desarrollando proyectos de investigación que nos vayan acercando a la producción nacional de los principios activos que necesita como soporte la industria biotecnológica cubana”, de manera que “cada vez dependamos menos de la importación”.
En las condiciones actuales del mundo, con pandemia, señaló, lograr una compra efectiva de dichos principios activos es muy difícil, incluso es esa una de las causas que explica, a veces, la falta de medicamentos que en ocasiones tenemos, pues no podemos acceder a determinados mercados.
Acompañado por el viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda; el presidente de Biocubafarma, Eduardo Martínez Díaz; así como directivos y científicos del CIGB, el Jefe de Estado pudo apreciar el desarrollo tecnológico y el funcionamiento de las instalaciones, donde trabajan 18 personas, la mayoría de ellas jóvenes.
Según explicó al mandatario Oscar Cruz Gutiérrez, subdirector de producción del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, en un primer momento, la planta producirá el fármaco Jusvinza, nombre comercial con el cual se ha denominado al conocido CIGB-258, un medicamento vital en estos tiempos de COVID-19.
Jusvinza ha sido empleado con resultados satisfactorios en el tratamiento de pacientes diagnosticados con la enfermedad y que han transitado por estados de cuidado, grave o crítico, evitando en más de un 94% la muerte de quienes llegan a alguna de estas condiciones clínicas.
Al significar el impacto que se espera de esta nueva obra de la ciencia cubana, el directivo aseguró a Díaz-Canel que este es un sueño anhelado por muchos años en Cuba, que concede al país un nuevo sistema productivo y lo dota además de potencialidades para ayudar a otras naciones hermanas que soliciten el Jusvinza. Con esta nueva planta de producción, acotó, se incrementan nuestras capacidades, lo cual permite una amplia gama de producción de péptidos.
En estas áreas se dispone ahora de una unidad productiva segura para la fabricación de moléculas con fines farmacéuticos, obtenidas por síntesis química con el cumplimiento de Buenas Prácticas de Fabricación. Además de la producción del péptido que constituye el ingrediente farmacéutico activo de Jusvinza, se podrán desarrollar, entre otros, el CIGB-814, destinado al tratamiento de Artritis Reumatoide, y el CIGB-300, con efectividad antitumoral.
Otros proyectos basados en péptidos sintéticos distinguen también el desempeño del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y se desarrollan en esferas como la oncológica, la cardiovascular y la neuro-regenerativa, así como otras enfermedades infecciosas, incluyendo el dengue. Todos ellos son igualmente candidatos a producirse en esta nueva planta.
Es un hecho, la ciencia en Cuba tiene mucho que aportar todavía al desarrollo del país. Esta nueva planta de producción de péptidos, fruto del capital humano que ha formado la Revolución durante más de sesenta años, es también orgullo de la biotecnología cubana y de la nación.