Los dolores acumulados por décadas, las angustias ardiendo dentro de sí, la valentía de siempre luchando contra la soledad acompañada en la que vivió, y los recuerdos; esos que se agolpan y corroen, esos que dan vida y también matan; coexistían en ella.
El Moncada, Abel y Boris Luis Santa Coloma, su hermano y novio, respectivamente, asesinados en el suceso, nunca dejaron de estar junto a ella. Aquellos balaustres delante de su rostro enérgico y denunciador marcaron el espíritu de Haydée Santamaría Cuadrado, una de las dos mujeres que se enrolaron en la epopeya del 26 de Julio de 1953 en Cuba.
Haydée siguió al hermano, lo hizo siempre, lo hizo ese día. Él, segundo jefe de la vanguardia de una generación que buscaban algo más allá del horizonte, ese que Haydée encontró por ellos mirando al Sur : Nuestra América , desde la Casa que fundó con sensibilidad exquisita.
Su trágica muerte, el 28 de julio de 1980, hace hoy cuatro décadas, la vuelven una víctima más de aquel episodio, quizás el último disparo. No superó las pérdidas, a Abel y Boris nunca los concibió muertos; los tiros del Moncada los repetía cada 1 de enero con el mismo brío con que los disparó en la Sierra Maestra, muchas veces para festejar el triunfo y homenajear a los caídos, pero siempre vivos en ella.
El Che se lo dejó dicho: “Como más me gustas es en un día de año nuevo, con todos los fusibles disparados y tirando cañonazos a la redonda. Esa imagen y la de la Sierra (hasta nuestras peleas de aquellos días me son gratas al recuerdo) son las que llevaré de ti para uso propio”.
Siguió a Fidel incondicionalmente, a pesar de que al conocerlo le confesó al hermano: “No me gusta, porque es el único hombre que te empequeñece a ti’”.
Encrucijada recuerda a Haydée
Su tierra natal, Encrucijada, recuerda a los hermanos del Moncada. A ella se le dice Yeyé, a Abel, El Polaco. Así desde los sobrenombres de la infancia se les trae al presente, de modo familiar e íntimo, durante las actividades dedicadas a rememorar las acciones del Día de la Rebeldía Nacional y en el aniversario del triste deceso de ella.
De ella se habla tal cual fue, entre relatos, que exponen su carácter impulsivo, su valentía probada. También se evoca la estirpe patriótica de la familiar.
Un coloquio a su memoria se realiza en el Museo Casa Natal Santamaría Cuadrado por parte de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). En dicho encuentro se presentan trabajos investigativos, muchos de ellos realizados por miembros de la propia comunidad donde nacieron los combatientes.
En dicho encuentro se describe su fuerte e indomable personalidad y su tránsito por este pueblo que amó y consideró suyo, así como los vínculos desde la infancia con el pensamiento martiano, sobre todo de Abel, entre otros recuerdos familiares, íntimos y personales, que subyace en la memoria de los pobladores de Encrucijada.
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Haydée y Melba, grandes mujeres, grandes heroínas, las admiro y admiraré siempre
Hermosa cronica de esta heroina de Cuba.La autora penetra en su vida con palabras hondas y calidas que nos hacen sentirla viva.
Bonito homenaje a Haydee Santamaria en el dia de su fatidica muerte.Pero mas alla de ese luctuoso momento, hay recordarla con la entereza titanica que le acompaño siempre tras la perdida de sus 2 seres querido en el Moncada.
Magnifico empeño de no dejar morir a quienes contribuyeron a forjar la Patria y hacerla mas grande.