“Al 26 de Julio, esa fecha heroica del pueblo cubano, le vamos a rendir tributo con más trabajo y entrega, en zona roja, procurando la mejor evolución de los enfermos de la COVID-19”.
Así, con plena convicción, me lo aseguraron el doctor Yunier Silva Arias y la enfermera Blanca Teresa Vera Calderón, ambos intensivistas y naturales de la provincia de Holguín, quienes en estos aciagos días de pandemia forman equipo en la batalla por la salud y la vida en tierras bolivarianas.
Los encontré en el Centro de Diagnóstico Integral El Progreso, en la parroquia homónima de la ciudad de Guanare, capital del Estado de Portuguesa, donde cumplen desde hoy su tercera jornada de 14 días en la cabecera de los enfermos con la satisfacción que les proporciona saberse vencedores de la muerte.
Seguidores fieles de las doctrinas del Maestro y de Fidel, su alumno más preclaro, miles de sus compatriotas saludan la gloriosa efeméride desafiando los peligros que implica el combate, cara a cara, contra el nuevo coronavirus en los sitios más insospechados de la vasta geografía venezolana: zonas fronterizas y de difícil acceso, cerros, municipios selváticos, en los campos y ciudades dejan su impronta de altruismo y amor. .
Pero, en todas las brigadas, atentos a las medidas de bioseguridad establecidas por la Misión Médica Cubana, bajo supervisión de expertos de la Brigada del Contingente Henry Reeve, los misioneros de Cuba, que día a día honran a la Patria, recordaron la valentía de la Generación del Centenario y le agradecieron haber mantenido vivas las ideas emancipadoras y humanistas del Apóstol.
Los integrantes de la Misión Cultura Corazón Adentro temprano en la mañana se reunieron para el homenaje y su coordinadora nacional Orisel Chacón Hernández remarcó: “Como el 26 de julio de 1953 hoy tenemos la misma fe en los destinos de la Patria, la misma confianza de las virtudes del pueblo, la misma seguridad en la victoria, la misma capacidad de soñar con todo aquello que serán realidades de mañana”.
Y ese es el espíritu que caracteriza a los más de 21 mil colaboradores cubanos en la hermana República Bolivariana de Venezuela, que simboliza el legado independentista de los padres fundadores de nuestras naciones y sus ansias de libertad e igual para todos los pueblos.
La celebración es otra prueba irrefutable contra las campañas imperiales que pretenden denigrar a la colaboración cubana en el extranjero, porque demuestra la fidelidad de las nuevas generaciones a los principios fundacionales de la Revolución Cubana.