En la llanura de Yaguaramas, donde hay una curva prolongada en la vía que une a esa localidad con la de Horquita, en la provincia de Cienfuegos, murió el brigadier Henry Reeve, El Inglesito. Antes de caer en manos de las huestes españolas, superiores en número y armamento, prefirió quitarse la vida.
Sobre ese momento, Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana, afirmó: “Impresionaba el disparo en la sien, como símbolo del valor y el decoro militar, los tiros de la ejecución fallida en la caja torácica, y la marca de otras tantas magulladuras. Pero sobre todo la pierna, la pierna deshecha, atada con cueros y varillas de metal, que sostenía a aquel nuevo batallador de la antigüedad en su concepto”.
Su biografía es conocida. No obstante, evocaremos algunos detalles imprescindibles.
El joven estadounidense dejó a los diecinueve años el Brooklyn para unirse a la causa emancipadora cubana y convertirse en General de Brigada del Ejército Libertador. Era conocido en Camagüey por el sobrenombre de Enrique, El Americano, pero en el resto del país, tanto cubanos como españoles, lo llamaban El Inglesito. Se le adjudica haber participado en unas 400 acciones combativas, de las que en diez resultó herido y según apuntan los historiadores, participó en el rescate del General de Brigada Julio Sanguily.
Para participar en la guerra de independencia de Cuba se enroló en la expedición del vapor Perrit con el nombre de Henry Earl y el cargo de soldado ordenanza del general Thomas Jordan, jefe de esa expedición que desembarcó el 11 de mayo de 1869 por la península de El Ramón, en la Bahía de Nipe, en la costa norte de la entonces provincia de Oriente.
Estuvo en los combates de Las Yeguas, La luz y Atadero. En el de Santa Cruz del Sur, el 28 de septiembre de 1873, cuando se enfrentaba a un cañón español que provocaba estragos a la caballería mambisa, recibió heridas graves en una pierna, por lo que lo trasladaron al hospital de sangre de Ciego de Najasa.
Este hecho fue descrito por el coronel mambí Ramón Roa de la manera siguiente: “Un artillero español le disparó (a Reeve) su carabina a quemarropa, hiriéndolo gravemente, lo cual no impidió que, herido y todo, dirigiera una carga sobre un grupo enemigo que se echaron mar adentro, en demanda de unos botes».
“La herida le inutilizó la pierna derecha para siempre y lo envió al hospital por el resto de 1873 y parte de 1874. Convaleciente, recibió las estrellas de brigadier. Tras cerca de seis meses de convalecencia, se reincorporó a filas. Se le adaptó una prótesis metálica a la extremidad afectada, que había quedado más corta. También hubo de crearse un dispositivo que lo mantuviera firme sobre su cabalgadura”.
Cuando Reeve desplegaba una importante campaña entre los territorios de Colón y Cienfuegos, en agosto de 1876, supo que en las cercanías del poblado de Yaguaramas estaba el enemigo. Con la impetuosidad que lo distinguía salió a su encuentro y cargó al frente de su tropa. Era 4 de agosto y en desigual combate, ordenó la retirada, y mientras cubría a su tropa recibió primero una herida en el pecho y después otra en la ingle.
Derribado del caballo, recibió otra en el hombro y cuando el enemigo mató su caballo, sin el cual no podía valerse, su ayudante le ofreció otro, pero lo rechazó ordenándole que se retirara porque lo iban a matar. Y siguió defendiéndose con un machete en la mano y en la otra un revólver hasta que, agotadas las fuerzas y las municiones, se dio un tiro en la sien para no caer prisionero del enemigo. Al morir contaba con 26 años de edad de los que dedicó siete de su juventud a la causa de la libertad de Cuba.
Hoy el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias lleva su nombre. Su ejemplo se multiplica en infinidad de países del mundo, incluso en tiempos de pandemia, como los actuales.
Pero, ¿dónde fue sepultado El Inglesito?
Durante la lectura de diversos documentos para redactar el material que sobre el Cementerio General de Reina, el más antiguo de la provincia de Cienfuegos, fue publicado en este sitio (Una joya patrimonial en el centro de Cuba. 19 de junio de 2020) encontré una breve referencia sobre dónde fue enterrado el cuerpo sin vida del valeroso brigadier.
Acudí de nuevo, entonces, al Grupo Cementerio de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC) y específicamente a Hilda María Mola Trujillo, museóloga y especialista principal y Synaira Hernández Calzada, también especialista.
Tras unos días de búsqueda pusieron en mis manos otro documento que afirma: “Fue sepultado finalmente en el Cementerio de Reina (Cienfuegos) en un sitio desconocido hasta hoy”.
Ese notable hecho histórico le da un valor aún mayor a ese camposanto y sigue constituyendo motivación esencial para los investigadores.
ASCENSOS
– Sargento de segunda, 13 de junio de 1869
– Teniente, 2 de octubre de 1869
– Capitán, 16 de junio de 1870
– Comandante, 16 de enero de 1872
– Teniente Coronel, 3 de marzo de 1873
– Coronel, 27 de julio de 1873
– General de Brigada, 10 de Diciembre de 1873.
De la misma manera que el monumento de máximo Gómez tiene la bandera dominicana,el obelisco de Henry Reeve debe tener la bandera norteamericana
Barre, hace muchos años, ya más de una década, creo, hallé la partida de enterramiento de Henrry Reeve, para un reportaje, donde exhostabaa hallar sus restos. Pero, por entonces, su figura no había sido justamente valorada.Puedo darte la referencia exacta.
Creo que se debería institucionalizarse una orden o medalla en honor a este hijo ilustre de Cuba para condecorar a aquellos, médico/a, enfermeros/ras, y personal logístico que se destaquen en el trabajo solidario y de ayuda por el cual arriesgan sus vidas en el cumplimiento de su deber y trabajo. Y haciendo más firme las palabras de nuestro Apóstol José Martí «Patria es Humanidad».
Gracias Mila, Edelio, Ramón e Hilda por sus comentarios. Todos tienen muchas razones. Saludos.
Gracias por tan oportuna información.
Debían hacerle una escultura y ubicarla en un lugar con una síntesis de su vida, ya que al nombrar al destacamento de médicos con su nombre se mantiene y mantendrá vivo.
Muy importante rescatar la memoria de Henry Reeve y que nuestra juventud la conozca y pueda apreciar el coraje, la valentía y la madurez de este patriota que ofrendo su vida con apenas 26 años y ya general.
Muy acertado el nombre que le dio nuestro comandante al contingente médico en honor a este valiente mambi
Excelente, nuestra historia es muy rica y queda mucho aún por escudriñar.