Envuelta en misterios; guijes, demonios, familias que huyeron del cercano San Juan de los Remedios al ver su economía devastada, corsarios y piratas; nació hace 331 años , a la sombra de un frondoso tamarindo y entre dos ríos la villa que fue nombrada como Dos Cayos, Gloriosa Santa Clara y luego Santa Clara.
La ciudad centro de Cuba, ese espacio en el que se decidieron tres guerras en su Plaza Mayor: la de 1868, 1898 y más tarde la de 1958. Ese lugar de héroes y marchas, de rejas con liras. Es la ciudad cubana de Marta Abreu, la benefactora y patriota, y la del Che ; el guerrillero que la liberó, la hizo eterna y universal.
Ella es novia, amiga y confidente del transeúnte, es hermana para las ciencias, el desarrollo y la cultura. Ciudad de industrias, que busca la prosperidad y se alza como paradigma de una idea. Santa Clara esa ciudad de sueños donde cada obra se conquista con la fuerza de la constancia y la entrega.
Ciudad Memorial, ciudad donde llega el mundo para rendir tributo a una idea humanista que desde la imagen de un hombre y quienes lo siguieron dejan el templo al valor al humanismo.
Ciudad mía, la de luz ámbar en el Parque del Carmen , el de su fundación, la de luz brillante en el Parque Vidal; de verde intenso en El Capiro; porque es nuestro campo dentro de la ciudad, y azul deslumbrante desde su Plaza; allí donde la esperanza mira al Sur.
Cuando nace una ciudad nacen también sus hijos y con ellos la vida que ha crecido 331 años.