El nuevo período de recuperación pos-COVID-19 que impera en el territorio nacional recoloca frente a los trabajadores cubanos el imperativo mayúsculo de fortalecer la economía en un contexto especialmente complejo, donde el ahorro de los recursos y su gestión certera se imponen como acciones ineludibles.
Para responder a esa realidad, que exige un proceso de ajuste del plan y el presupuesto correspondiente al año 2020, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la provincia de Holguín y sus 15 sindicatos tienen la tarea de intercambiar con los colectivos laborales sobre las actividades económicas y financieras más apremiantes y, muy importante, evaluar diferenciadamente el tratamiento que reciben los trabajadores afectados laboralmente por causa de la pandemia.
En la más reciente reunión del Secretariado Provincial de la CTC, quedó claro que en la actual etapa es fundamental que el movimiento sindical acompañe a las administraciones en la planificación de sus producciones, en la búsqueda de reservas de eficiencia y en el impulso de innovaciones que aporten económicamente.
Idalmis Serrano Gómez, secretaria general de la CTC de la oriental provincia, subrayó que la organización obrera debe respaldar el ahorro de energía eléctrica y coadyuvar a la producción de alimentos, dos frentes fundamentales para que el país pueda mejorar en su economía.
En el encuentro se coincidió que Holguín debe potenciar más el autoabastecimiento municipal, el trabajo en sus 98 minindustrias y la producción de rubros exportables. A la par, los dirigentes sindicales y los factores competentes deben llevar a punta de lápiz todo lo relacionado con el empleo y la organización de la fuerza de trabajo.
El semestre que apenas comienza demandará ingentes esfuerzos, pero la voluntad económica debe imponerse con la misma fuerza con la que Holguín ha repelido al nuevo coronavirus.
La ANIR debe jugar un papel relevante en el ahorro de todo tipo, la sustitución de importaciones y el incremento de rublos exportables