La necesidad de sistemas públicos de Salud, que prioricen la atención primaria y garanticen el acceso, sin exclusiones, a este derecho humano universal es una de las múltiples lecciones que está dejando al mundo la COVID-19.
Así lo demuestran, por ejemplo, Venezuela y Cuba, con resultados loables en la lucha contra enfermedad, a pesar de que son víctimas de una despiadada guerra económica y mediática impuesta por Estados Unidos con medidas criminales que arrecian en estos tiempos y se convierten en obstáculo para la adquisición de alimentos, combustibles, medicamentos y otros recursos imprescindibles para gestionar este mal que mantiene en vilo a la humanidad.
Y, en medio de ese adverso panorama, el Programa Barrio Adentro II de Salud, implementado por los dos países y fundamentado en la complementariedad solidaria se convierte en bastión de enfrentamiento a la pandemia, porque propicia atenciones médicas gratuitas y de calidad.
Una opinión autorizada
A propósito del tema converso con la doctora manzanillera (provincia de Granma) Yaíma Tamayo Frómeta, especialista en Medicina General Integral y asesora del Programa Barrio Adentro II en el Estado venezolano de Miranda, quien hace cuatro años llegó, por voluntad propia, a estas tierras para servir a las personas más humildes.
En ese período transitó primero como médico comunitaria en el Consultorio Popular La Cruz, en los Valles del Tuy y fue coordinadora de ese Centro de Diagnóstico Integral (CDI) hasta que en el 2018 ocupó la responsabilidad actual.
¿Cómo tienen organizado el enfrentamiento a la pandemia en las instalaciones sanitarias?
“Acá contamos con 60 CDI, de los cuales 38 son centinelas que acogen a enfermos o sospechosos de la COVID-19 y los restantes 22 mixtos, porque tienen una consulta para tratar a personas con sintomatologías de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) y otra para las patologías no respiratorias, ambas con todos los requerimientos para su atención.
“Los pacientes ingresados tienen garantizadas atención integral, gratuita y de calidad gestionada por un doctor diplomado en Terapia Intensiva, un enfermero intensivista y un jefe de equipo, miembro del consejo de dirección encargado preservar y controlar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad que se han implementado. Cada equipo se mantiene durante 14 días velando la evolución de los pacientes.
“También se procede a la evaluación psicológica de los enfermos, pues algunos presentan situaciones estresoras debido a la ansiedad que genera este estado ante un padecimiento nuevo con síntomas agudos y cuya letalidad puede ser grande.”
¿Y las acciones extrahospitalarias?
“Nuestros trabajadores de la salud tienen una activa presencia en las pesquisas casa a casa y en el despistaje personalizado en las comunidades en los que también participan el resto de los colaboradores de las misiones sociales cubanas; y, en la realización de pruebas rápidas procurando cortar la cadena de propagación del nuevo coronavirus.”
¿Cuál ha sido la evolución de los pacientes?
“Todos los pacientes han regresado vivos y sanos a sus hogares con PCR negativo y con seguimiento de los médicos de comunidad, pues han evolucionado muy bien al tratamiento que se les ha dado por nuestros profesionales de la salud y de los venezolanos, sin cuya ayuda no hubiéramos podido lograr nada. Nosotros trabajamos en equipo, y desde las comunidades nos apoyan mucho en lo que desempeñan un rol decisivo los CDI.
“Acá disponemos de los recursos necesarios para que los enfermos reciban esmerada atención integral que incluye, además, análisis clínico y de Rayos X; y, contamos con los medios de protección imprescindibles para proteger la salud de quienes están en la primera línea de combate frente a la pandemia.”
En el momento de esas altas médicas, ¿qué siente la doctora Yaíma?
“Bueno, no solo la doctora Yaíma, el equipo completo, los trabajadores de aseguramiento, que no son pocos, todos sentimos una satisfacción muy grande, porque son pacientes que necesitan de esos servicios. Estamos hablando de habitantes de los valles de Tuy, Barlovento, Petare que es la más poblada de Miranda y con mucha gente vulnerable con nivel económico y social bajo, entre otras zonas con similares condiciones.”
¿Y los pacientes?
Ellos aceptan con mucho agrado desde los abordajes que hacemos casa a casa hasta la atención que reciben en los CDI. En los lugares que hemos llegado se ven muestras de agradecimiento a la Misión Médica Cubana y al pueblo cubano que representamos acá como herederos de los principios de solidaridad e internacionalismo cultivados por nuestro invicto Comandante en Jefe y la Revolución.”
¿Cómo se manifiesta esa satisfacción por el trabajo que ustedes hacen?
“Ellos, la gran mayoría, son personas que viven en zonas rurales y son muy humildes, pero nos dicen que sin nosotros no sabrían que se hubieran hecho, que somos el corazón de sus vidas y no solo por la pandemia, que es cierto ha agudizado la situación sanitaria, sino desde que la Misión Médica llegó a estas tierras.”
Estas son realidades que se multiplican por todos los Estados de la República Bolivariana de Venezuela gracias a las ideas humanistas de los inolvidables comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez, que tomaron forma en el Convenio Integral de Cooperación entre los dos países rubricado el 30 octubre del año 2000.